Este mes en la iniciativa hay vida después de los 6, de Merak Luna, el tema que vamos a tratar son las primeras salidas de los adolescentes.
Los niños crecen, y lo hacen rápido, y de pronto nos damos cuenta que llegó el momento de que empiecen a caminar por su cuenta y generalmente nos sorprende algo desprevenidos.
A medida que han ido quemando la etapa infantil hemos fomentado su autonomía, les hemos inculcado valores como la responsabilidad, la confianza en sí mismos. Incluso podemos sentirnos orgullosos de cómo están evolucionando como personas.
Somos muy conscientes que hay que soltar cuerda y dejarles vivir su vida. No es algo que se viva, a nivel general, como un cambio radical de la noche a la mañana, sino que se trata de un proceso paulatino. Primero van solos a la tienda de la esquina, al colegio, empiezan a quedar con los amigos para ir a comprar chuches, luego una cenita… Pero, ¡ay de nosotros, que nos jactamos de dejarles su libertad y espacio! Cuando llega el momento de iniciar las primeras salidas, acostumbra a ser algo complicado para los adultos. Para los padres siempre serán sus niños, y entramos en la disyuntiva entre la conciencia que te dice que deben empezar a volar solos y los miedos que te abruman por todo lo que ello implica.
Entones te retrotraes a tu propia adolescencia y empiezas a dar vueltas al asunto –Pero, yo a su edad… Y ¡sí!, les dejas salir. Con cara sonriente y diciendo que seguro que lo van a pasar muy bien te despides de ellos y te quedas en casa pensando en que en la calle hay muchos peligros, a ver si les pasa algo…
Poco a poco las salidas se convierten en rutinarias y te vas acostumbrando, ya que de otro modo seria un sinvivir. Sin embargo, la experiencia se va repitiendo paulatinamente a medida que van avanzando y empiezan las primeras salidas por la noche o los viajes al extranjero…
Mi opinión es que hay que dejarles, evitar controlar y preocuparse en exceso, de hecho es ley de vida, y poco a poco deben de ir aprendiendo a moverse, a coger transportes públicos, a orientarse en la ciudad, a tener su propia vida social independiente de los padres.
Qué es lo que no debemos hacer ante las primeras salidas de nuestros hijos
– Mandarles un whatsapp a cada minuto para intentar localizarles.
– Espiar sus whatsapps, considero que a ciertas edades necesitan intimidad.
– Cuando regresen, asaltarles a preguntas que probablemente no contestarán si se sienten interrogados. Si hay confianza, no os preocupéis, que probabemente tendrán ganas de contar alguna anécdota o nueva experiencia.
– No vayáis a caer en comparaciones del tipo -Yo a tu edad… Y explicar batallitas de juventud sin ton ni son.
-Los padres, es normal, estamos asustados con todas las cosas que pueden encontrar, drogas, alcohol, relaciones complicadas,… pero no por ello hay que pecar de controladores. Recordemos que la adolescencia es una etapa complicada, porque en ella se entremezclan muchos cambios, y cuando más apretemos las tuercas, más distancia marcaremos con nuestros hijos.
– No es necesario adoptar el rol de amigo de nuestros hijos, nosotros como padres tenemos otras características, entre otras cosas marcar ciertos límites, por muy “guays” que queramos mostrarnos, cada uno debe asumir su propio rol.
– Hay que huir de aquellas situaciones que desemboquen en establecer pulsos ante los conflictos, ponernos a su nivel y actuar de forma visceral. Por este camino es muy difícil llegar a acuerdos y pactos. No olvidemos nunca que los adultos somos nosotros.
– No debemos intentar alejares de sus amigos, que en esta etapa son una parte vital de su existencia. Nos gusten más o menos, salvando el caso de que fuera una relación claramente perjudicial, hay que aceptarlos.
Cómo actuar ante las primeras salidas de los adolescentes
– Informarles de lo que se puede encontrar en la calle, es importante que los niños sean conscientes de que el mundo no es de color rosa y todo tiene sus pros y sus contras. Seguro que lo pasarán en grande, pero también les pueden ofrecer experiencias nada recomendables, o vivir situaciones que no les van a gustar. Y para que salgan airosos de ello es importante enseñarles a decir no y fomentar su espíritu crítico desde que son pequeños. Hay temas, como las drogas o los métodos anticonceptivos, que tienen que quedar muy claros.
– Crear un clima de diálogo y confianza. Sobre todo confiar en ellos y en que los valores que hemos ido sembrando a lo largo de todos estos años hasta llegar hasta aquí den sus frutos.
– En la adolescencia los amigos son de vital importancia, lo más recomendable es saber con quién se mueven nuestros hijos. Ya que el grupo de amigos es una fuente importante de influencia. Si los amigos vienen a casa hay que dejarles su espacio ya que los chicos quieren estar solos entre sus amigos.
– Poner límites en cuanto a horarios, llevar el móvil conectado para que estén localizables en caso de urgencia… Pero para elaborar normas debe establecerse un consenso familiar a través del diálogo y la comunicación.
– Que los adolescentes puedan percibir que confiamos en su criterio. Aunque no lo parezca, en esta etapa nos siguen necesitando.
– Para ellos la adolescencia es una etapa de cambios, y todavía nuestra influencia es importante, así que alentémosles y fomentemos su autoestima. Creamos en ellos porque la adolescencia es una etapa con muchas posibilidades y a nivel emocional, fundamental para su desarrollo hacia una etapa adulta equilibrada.
– Cuando nos cuenten sus experiencias debemos intentar que nuestra escucha sea activa poniéndonos en su lugar, sin juzgar ni aleccionar. Es importante no adoptar una posición que contribuya a que la próxima vez no nos cuenten nada. Como he dicho anteriormente, la confianza y el diálogo son elementos básicos para establecer relaciones y ello únicamente lo conseguiremos mediante la empatía y la aceptación de nuestros hijos como seres individuales que son.
Para concluir, me remito a las palabras de Jose Antonio Marina en su libro El talento de los adolescentes, “Debemos cambiar nuestras expectativas sobre la adolescencia. No podemos infantilizar a nuestros adolescentes, no podemos lanzarles la idea de que son irresponsables y de que no son de fiar. Necesitamos fomentar en ellos una mentalidad de crecimiento y confianza en sus capacidades”
Al fin y al cabo, las primeras salidas son una fuente importante de experiencias y vivencias. Alentémosles y dejémosles su propio espacio vital. Si alguna vez sentimos dudas o miedos, recuperemos esa etapa de nuestra vida, nuestros pensamientos, nuestra ilusión por actuar como adultos para poder empatizar con nuestros «niños» que ya están dejando de serlo. Entendámosles, apoyémosles, y sobre todo, que sepan que siempre estamos ahí para que se sientan muy queridos, al fin y al cabo, la vida hay que vivirla con sus experiencias positivas y negativas, y hay que alentarles a disfrutarla.
Tendré que volver a este post en unos años y es una étapa que me preocupa no tanto por nuestros hijos si no por los peligros de la sociedad en que vivimos! Besitos!
Sí, en unos años..tienes mucha razón, es más por la sociedad!! Besitos
Sé que me queda muy lejos esta etapa, pero el tiempo corre y sin darme cuenta un día llegará y me dirá esas temidas palabras: Quiero salir con mis amigos de noche. Aixxx, mis padres no querían y se mantuvieron firmes en muchos aspectos, pero tuvieron que ceder a que saliera con mis amigos y yo me pregunto… cuando empecé a salir de fiesta no habían móviles… ¿cómo lo debían pasar los padres? No sé, tengo el consuelo de que si en un momento dado mi hija me necesita, espero y deseo, que se acuerde de que marcando una tecla ahí me tendrá.
Y es que como Mony, yo lo que temo son los peligros que nuestra sociedad tiene.
Saludos
Si es que no te das cuenta y te llega, al menos mi me ha pasado así!!Al menos ahora tenemos los moviles que dan algo más de seguridad.. que cuando salíamos nosotras… Claro si es más lo que se pueden encontrar que ellos, que al menos los mios son responsables!!
Yo lo hice tan mal la primera noche….. Pero tan mal que suspendí como madre…. Y mas viendo su responsabilidad y buen hacer….
Ay, ay..Si es que cuesta.. Ahora me paso a leerte!
¡Hola!
Yo no tengo hijos, así que no puedo opinar en primera persona sobre el tema. Pero sí debo decir que tu enfoque me ha resultado muy interesante y ofreces a los padres que están en esa tesitura unos consejos, a mi parecer, ideales.
Supongo que debe costar aceptar que tu hijo se hace mayor y va adoptando independencia de un modo muy distinto a la que tenía antes de la adolescencia.
Espero tener todo esto muy presente si algún día soy madre y me encuentro en esta tesitura.
Besos
Si te encuentras en la tesitura ya lo verás.. Que a veces cuesta un poco pero es ley de vida!! Besos
Muy buenos consejos. La verdad es que es complicado ser padres y con adolescentes más todavía, pero como padres siempre intentamos hacerlo lo mejor posible. Unas veces acertamos y otras no. Feliz semana.
Magnifico texto. Yo tengo un hermano que mañana cumple 17 años. Ha empezado este año a salir. Te puedes imaginar las discusiones con mi madre. Y eso que es el segundo, que ya debería estar curada de espantos, pero parece que le cuesta entender que ya es un hombrecito. ¡Un beso!
Qué buenos consejos … me encanta este tema. Mi hijo tiene 11 recién cumplidos pero nunca es pronto para estar alerta.
Gracias y felicidades por tu hombrecito.
Sí, más o menos sobre la marcha. En nada el tuyo empieza a salir. El niño mio es más peque que el tuyo, tiene 9. Las que están en la adolescencia son las niñas la mayor tiene 15 ya, casi 16!! 😉
Gracias por los consejos.
Para los padres siempre es duro aceptar que los hijos van haciéndose mas mayores y necesitan relacionarse y salir para disfrutar de ocio por la noche.
Realmente es una etapa dura, porque los padres viven con incertidumbre
Sí, es una etapa díficil porque los padres tienen que asumir que los hijos crecen y necesitan hacer su propia vida.
Hija! Te leo y parece todo taaan fácil y taaan natural, que por un momento se me pasa el pavor. Pero lo cierto es que de todo, por ahora, con lo que más identificada me siento es con eso de que esas primeras salidas “nos asustan”. Así es como me siento yo. Te lo juro. Y eso que creo que para esas salidas aún me quedan algunos años… pero aunque me sepa muy bien la teoría, pienso en ellas y …ufff! mejor ya no lo pienso. Voy a ir concienciándome poco a poco.
Besos
Como lo escribo es como lo percibo y lo vivo. Ya que estoy de pleno en esa etapa con la mayor. Lo de que nos asusten creo que es inevitable, reconozco que a veces peco de sobreprotectora y tengo que luchar contra mi misma y mis miedos, poniendo por delante mi parte más racional y no puedo negar que eso me cuesta porque a mi me pueden las pasiones normalmente. Aun te quedan algunos años, aunque a mi me pasan volando casi no me he dado cuenta y ya estoy aquí 😉 Besos