Tras las huellas de los indianos en Lloret de Mar

 “Había bebido dobles daiquirís helados, de los grandiosos daiquirís que preparaba Constante, que no sabían a alcohol y que al beberlos daban una suave y fresca sensación…”

Hemingway, Islas del Golfo.

Esos grandiosos daiquirís preparados por Constante despedían entre sus notas la esencia de Lloret de Mar.

Y es que fue Constante Ribalaigua, un lloretense que hizo las américas, quien ideó el daiquirí Frozen nº 4. No es un hecho casual que Ribalaigua trabajara en el Floridita, en Cuba. Ello no es más que una muestra de los muchos lloretenses que se aventuraron a cruzar el Atlántico en busca de fortuna, algunos lo consiguieron, otros no. De los primeros, los indianos o “americanos”, se conserva un importante legado que merece la pena descubrir en Lloret de Mar.

Passeig Jacint Verdaguer lloret de mar

En el paseo Jacint Verdaguer la brisa del mar acompasa el sonido del movimiento de las hojas de las palmeras que nos llevan a evocar lugares lejanos. El paseo, flanqueado por el Ayuntamiento y el Museo del Mar, son mudos testigos del legado de aquellos que volvieron enriquecidos de las Américas para terminar sus días en su ciudad natal.

Ruta indiana en el Centro de Lloret

Una mirada hacia el mar desde el paseo Jacint Verdaguer nos permite imaginar los barcos embarcando a extremadamente jóvenes pasajeros, con ojos cargados de sueños y esperanza, mientras sus familias los despedían moviendo sus pañuelos desde la orilla.

Algunos, a su regreso, remodelaron Lloret, aportándole la impronta de lo que hoy conocemos.

Uno de los edificios más relevantes del legado indiano es la Casa Garriga, en uno de los extremos del Paseo Jacint Verdaguer. Desde 1981 pertenece al Ayuntamiento, funciona como sede del Museo del Mar. La mandó construir Enric Garriga i Mataró, que se enriqueció en Cienfuegos (Cuba) gracias a un negocio de maderas: “Garriga Hermanos & Muro”. Un edificio sobrio de 3 plantas con una fachada simétrica encarada hacia el paseo. La viuda de Garriga compró el edificio adyacente. Es de los pocos edificios de los Americanos que se conservan en el paseo, el boom turístico de los años 60 del pasado siglo llevó a que se perdieran muchos de ellos.

Visita guiada ruta dels indians Lloret

Iglesia de Sant Romà

Seguimos persiguiendo los vestigios indianos en el centro de Lloret para descubrir La Iglesia de Sant Romà. La parte central data del XV, una buena representación del gótico catalán. La fachada central contrasta en su austeridad con sus capillas laterales, del Santisimo y Bautismal, repletas de colorido y espíritu modernista. Es uno de los edificios que nos hacen enamorar del modernismo catalán.

Iglesia modernista Lloret de Mar

La Capilla del Santísimo se la debemos al arquitecto Bonaventura Conill, que la construyó por encargo de un indiano, Narcís Gelats, que no regresó a Lloret de Mar, pero que puntualmente enviaba dinero a su familia. Cuando Gelats se enteró de que en Lloret se estaba organizando una colecta, no dudó en embellecer su ciudad natal, aportando todo el dinero en exclusiva para construir la capilla. Exclusividad que le ha valido para que su nombre no caiga en el olvido y su recuerdo permanezca imborrable entre los lloretanos a pesar de que nunca regresó.

Atravesamos la Plaza de la Iglesia para dirigirnos a la Casa Font, una preciosa residencia cuyo interior nos invita a la vida cotidiana de los indianos.

Ruta de los indianos Costa Brava

Casa Font: representativa de los indianos en el centro de Lloret de Mar

Recorremos la que constituía la parte señorial de la emblemática Casa Font. Debido a que con los años pasó por diversas manos y usos, el mobiliario no se conservó. Sin embargo, tenemos una recreación de cómo debió ser.

La Casa Font se redecoró con los muebles de la casa Garriga, de la que os he hablado anteriormente, que se guardaron. A partir de ahí, poco cuesta imaginarse la vida cotidiana en su interior, ver a las señoras en la sala de música, al señor Font recibiendo en su despacho, el servicio trasteando sus cacharros en la cocina, o los pequeños jugando en su cuarto…

Comedor casa Font Indianos en Lloret

La misma entrada se encuentra decorada con todo lujo de detalles modernistas, las paredes, los techos, las lámparas, los pasamanos de hierro forjado, las vidrieras de la puerta, denotan la ostentación de la riqueza de sus propietarios, que no pasa desapercibida ante los ojos de aquellos que pasan por el portal.

En el interior continuamos con el despliegue de decoración en paredes, techos, las baldosas de suelo hidráulico,… todo ello perfectamente conservado gracias a la labor de la escuela de arte que albergó durante años entre sus paredes la Casa Font. Desde esa escuela se realizó un trabajo de restauración impecable que nos permite disfrutar de la casa en todo su esplendor.

Las diferentes estancias se encuentran ricamente decoradas. Un elemento que os llamará la atención es el lavamanos de los invitados, profusamente decorado y que los propietarios hicieron traer desde Nueva York.

Casa Font

La casa fue construida por Nicolau Font i Maig en el año 1877. Nicolau Font había emigrado a Cuba para ayudar a su tío en las plantaciones de caña de azúcar. Ya tenía la fortuna asegurada con un negocio que él hizo prosperar y le permitió amasar una inmensa fortuna que pudo invertir en Lloret. Pero no solo invirtió en construir edificios, también dedicó parte de su fortuna a obras benéficas.

Dato curioso

Nicolau Font también es conocido como el Conde de Jaruco, aunque nunca ostentó en realidad este título nobiliario. ¿Os estáis preguntando por qué? Os cuento: parece ser que Nicolau invertía su riqueza en ayudar, ya sea creando instituciones o poniendo medios para brindar una vida mejor a los más necesitados.

Fue el propio pueblo cubano que solicitó, debido al buen hacer de Nicolau Font, que le fuera otorgado un título nobiliario. El rey le ofreció el de Conde de Jaruco, título por el que el propio Font decidió no pagar, e invirtió ese dinero a favor de los más desfavorecidos.

Os recomiendo hacer esta ruta indiana y la visita a la Casa Museo Can Font. Os podréis adentrar en muchos más detalles y se os pasara el tiempo volando porque resulta super-amena.
Duración: 1h30
Horarios: Los sábados a las 10 en catalán y a las 12 en castellano (consultar en la web porque pueden variar según la temporada)
Precios: 5 € general / 2’5 € reducida
Tenéis toda la información en la Web del Ayuntamiento de Lloret de Mar.

Sant Pere del Bosc

A las afueras de Lloret encontramos otro de los edificios que nos hablan del pasado indiano de Lloret de Mar. Sant Pere del Bosc era un antiguo monasterio que, a día de hoy, funciona como hotel de 5 estrellas en el que es un lujo alojarse, no únicamente por sus instalaciones, sino por el entorno paisajístico en el que se enmarca.

Sant Pere del Bosc

Los orígenes de este enclave idílico se remontan a siglos atrás, cuando una comunidad de monjes benedictinos se desplazó hasta este punto huyendo de los ataques piratas que los acosaban en Blanes. Probablemente en el mismo lugar previamente se erigió una ermita que no se ha conservado.

Los monjes habitaron allí hasta que en 1694 tuvieron que abandonar Sant Pere. El edificio sufrió graves daños durante la guerra de la Independencia y se reconstruyó en estilo Barroco. Tras la desamortización fue adquirido por el alcalde de Lloret en nombre de Nicolau Font i Maig, apodado como el Conde de Jaruco, del que os he hablado anteriormente y que, como podréis apreciar, fue uno de los indianos que dejó la huella más profunda en Lloret. Nicolau Font construyó en Sant Pere del Bosc una segunda residencia, reconstruyó y reformó el antiguo monasterio.

El edificio es simplemente espectacular, presidido por los jardines y una fantástica piscina, alberga entre sus paredes la huella indiana en Lloret de Mar.

Domini de Sant Pere. Vins de la Selva Marítima

Gracias al proyecto Domini de Sant Pere, Sant Pere del Bosc cuenta con un bodega con vinos de elaboración propia en la que pudimos disfrutar de una cata de vinos. El experto enólogo Dani Jiménez nos guió entre los aromas, colores, texturas y notas de los vinos del Domini de Sant Pere. Con Dani, formado en bodegas como L’Excepcional del Priorat, Scala Dei, Mas Doix o Vinyes d’Olivardots, nos sumergimos en el sabor, la textura y el aroma de los vinos de la Selva marítima. Una producción pequeña y de calidad que merece la pena conocer.

Cata de vino en el domini de Sant Pere

En la selección de caldos degustamos: Carnaval de les animes perdudes, con un ligero tono rosado, notas de melocotón y frutas tropicales o El Blanc de Vanesa, un blanco con alma de tinto, de textura cremosa y aromas frutales, tostados y cítricos. El tinto Monkey Say Monkey Do (2021) con producción limitada a 1500 botellas, de viñedos de 80 años con un alto porcentaje de xarelo, nos conduce a través de sus notas al sotobosque mediterráneo, con toques de azahar y frutos rojos.

Nos encantó poder probar probar los nuevos vinos directamente extraídos de la barrica, con su frescura y ese toque turbio de los vinos que acaban de nacer.

King Kong vino edición

Dato curioso

En la bodega de Sant Pere del Bosc cada año se elabora un vino exclusivo y único. Tuvimos el placer de catar la 2ª edición de vinos de tributo: El del 2023 es King Kong. Elaborado con uva 100% trepat con notas de frutos rojos, acompañados toques de ciruela y cereza.


Sant Pere del Bosc es, a mi parecer, una visita imprescindible en Lloret de Mar. Conocer su producción constituye una experiencia muy enriquecedora. Dani Jiménez os transmitirá su pasión por los vinos de la Selva marítima y os hará adentrar en su más pura esencia.
Podéis escoger diferentes experiencias de cata. Visita al celler: 25€
Visita premium: 125€
Yoga en el Domini de Sant Pere con Cata: 45 €
Cata en velero: 220 €
Para concertar la visita lo podéis hacer online a través de la propia web del Domini de Sant Pere

Embargados de los sabores y notas de los vinos en Sant Pere del Bosc, nos despedimos de nuestro particular recorrido indiano por Lloret, que nos ha permite evocar la vida de aquellos lloretanos que forjaron sus grandes fortunas en las Américas.

Nos deslumbran el lujo y las riquezas de los indianos, pero también nos queda un regusto amargo mientras recordamos cómo, desde detrás de un mostrador, nos recibe la mirada cansada, en eterno blanco y negro, de “Pepitu”, un lloretense que se fue a hacer las Américas pero no tuvo tanta suerte, al igual que otros muchos. Trabajando 12 horas detrás del mostrador, durmiendo allí mismo soñaba con un futuro mejor. Mientras tanto enviaba cartas al otro lado del mundo… Un día, tras romperse un brazo, no pudo continuar trabajando, las palabras de Pepitu se desvanecen con la última de sus misivas. A pesar de remover cielo y tierra, la familia no volvió a saber de él. Su huella se perdió en el tiempo, quedaron sus cartas y así su historia que continúa eternamente viva en la casa Font.

Panoramica de Lloret de Mar

Fueron muchos los lloretenses que emigraron en pos del sueño de una vida de grandeza, muchos no lo lograron. Los que consiguieron hacer crecer su pecunio legaron a Lloret un magnífico patrimonio que convierte a Lloret en un destino ideal para los que disfrutan de la historia, la cultura y ese espíritu colonial que se mantiene vivo en este municipio.

Cómo llegar a Lloret de Mar

En coche

  • Desde Barcelona podéis ir por la carretera de la costa C-32, que os llevará hasta Blanes. Desde allí, un corto viaje por las carreteras GI-600 y GI-682 os llevará directamente a Lloret de Mar. 
  • Por la autopista AP-7, salida Lloret de Mar

Bus

  • Desde Barcelona los autobuses Sarfa tienen un servicio diario a Lloret de Mar.

En tren

  • Tenéis que bajar en la parada de Blanes y en la misma estación tomar un autobus hasta Lloret de Mar

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