Hace unos días visitamos las cavas Canals & Casanovas en Lavern, y aprovechamos la jornada disfrutando de un poco de turismo familiar en Sant Sadurní d’Anoia.
A mi parecer, la temporada de otoño-invierno resulta ideal para hacer turismo enológico y gozar de una buena calçotada o algún ágape a base de carne y verdura a la brasa.
De hecho, cuando pensamos en Sant Sadurní d’Anoia todos tendemos a evocar los campos de viñas con uvas dorándose al sol y, como no, en cavas.
Así que os propongo, si no lo conocéis, pasar un día en familia disfrutando del aire libre y conociendo el proceso de elaboración del cava.
Está muy cerca de Barcelona, no requiere largos desplazamientos para los habitantes de la capital. Esta ciudad y sus alrededores me lleva a evocar recuerdos de la infancia. Y es que hace varios años acostumbrábamos a visitar de vez en cuando las cavas Recaredo. Actualmente podéis visitarlas también, si os apetece.
Viviendo el proceso de elaboración del cava en Sant Sadurní d’Anoia
Recuerdo que, en una época en la que no se organizaban visitas familiares a los museos u otros lugares, los niños siempre teníamos que contentarnos con las de adultos. Sin embargo, algo especialmente vivido eran nuestras visitas a las cavas. El proceso de elaboración del cava me fascinaba de peque: que si un cuarto de vuelta aquí, que si los diferentes cavas según el azúcar que le añadían (actualmente se ha dejado bastante de lado el tema del azúcar en el cava, ya que la tendencia es al consumo de brut o brut nature), aquel punto de humedad en el interior de las cavas, los techos abovedados, la luz tenue,… Para mí la visita siempre representaba una gran experiencia.
Así que pensé que por qué no llevar a mis hijos a visitar una cava para que aprendieran el proceso de la elaboración de este producto.
En Sant Sadurní d’Anoia hay innumerables cavas que ofrecen visitas guiadas. Los precios son variados. Al igual que el tipo de cava, las hay muy grandes en las que se aplican as últimas tecnologías como Codorniu, o artesanales, intermedias y más pequeñas.
Visitar cavas en Sant Sadurní d’Anoia
La oferta es amplia y variada para poder elegir visita según gustos, necesidades o presupuestos. os dejo algunos ejemplos:
- Codorniu iréis en trenecito con una visita ultrapreparada, con audiovisuales, un pequeño museo, todo muy cool…
- En Recaredo podréis conocer una cava más pequeña en la que se miman las botellas y se mantiene el proceso artesanal, haciendo incluso el degüelle de la botellas manualmente, una a una…
- Nosotros esta vez fuimos a las de Canals & Casanovas, en la que se nos muestran las cavas antiguas y las nuevas. Hacen visitas muy amenas, te explican perfectamente todos los procesos. Visitáis la cava tal y como es: un lugar de trabajo donde se elabora cava. No esperéis en ellas audiovisuales ni parafernalias, pero sí las ventajas de grupos muy reducidos, una explicación muy amena y cercana por parte de personal experto en el tema, la degustación de un cava exquisito y, por supuesto, la diferencia de precio, ya que la visita a las cavas Canals & Casanovas nos costó 2 € por adulto. Hay visitas que os salen por 12 € por adulto. La media de precios de visita a las cavas de Sant Sadurní está en 8 € por adulto y 5 € niños.
Nuestra experiencia en la visita familiar a las cavas Canals & Casanova
Así que en las cavas Canals & Casanova gozamos de una visita familiar a las cavas, sin adornos ni maquillajes. Un negocio básicamente familiar con un proceso de elaboración que se ha modernizado bastante, pero sin llegar a una producción masiva o altamente industrializada.
Fue entrar a las cavas antiguas, excavadas hace 80 años, y evocar la magia de la niñez que desató mis recuerdos gracias a los olores, la temperatura, la humedad, la luz, los túneles abovedados totalmente excavados a mano.
Si nos paramos a pensar por un momento en todas las personas que trabajaron hace casi 100 años excavando y excavando, para agujerear prácticamente la mayor parte del subsuelo de Sant Sadurní y alrededores, para favorecer la temperatura y humedad óptimas para la producción de los mejores cavas… para mí es algo increíble.
Las botellas al principio incluso se subían y bajaban a mano, luego fueron adoptando otros sistemas. Las botellas de cava, preparadas para la fermentación, se volteaban una a una para que se depositaran los sedimentos.
Una vez terminado el proceso, se enfriaban con barras de hielo, se hacía el degüelle manualmente, dejando escapar los sedimentos en un recipiente y volviendo a taponar… Trabajos de antaño, realizados en equipo, por manos artesanas y expertas. Actualmente algunas cavas mantienen esa tradición artesanal.
Actualmente el proceso se ha agilizado mucho con nuevas técnicas y la aplicación de la tecnología. La zona nueva de las cavas es completamente distinta: impera el cemento. De hecho, ya pierde todo ese romántico encanto de las viejas bodegas. Pero es lo que toca hoy en día. Los procesos son mucho más rápidos y requieren menos personal para llevarlos a cabo.
Tras la visita, degustamos una copa de cava y nos dispusimos a comer en las mismas cavas Canals & Casanovas. Las elegí porque, hace años, había ido innumerables veces a comer allí y me hacía ilusión volver. Debo confesar, que a pesar del paso de los años, la apariencia en sí no era muy diferente: la decoración que, con el tiempo, ha quedado en estilo rústico-vintage, los manteles de papel, las verduras y las carnes asándose a la vista de los comensales, el olor de la leña… Es un restaurante especializado en carne a la brasa, y menús de calçotades.
Respecto a la restauración, tiene buena relación calidad precio, por 20 € podéis disfrutar de un menú bastante completo y variado o por 30 de un menú de calçots. Para los peques, podéis optar entre menú de un plato, de 9€ o de 2 platos, de 12 €. Al respecto os digo que mi hijo de 9 años no se pudo acabar el de dos platos. Además, en el exterior tienen un parque infantil y una cancha de baloncesto todo ello rodeado de viñedos. Quiero destacar, además, la amabilidad y trato familiar del personal, que harán que os sintáis a gusto.
Si queréis ir, tenéis que reservar con antelación, porque acostumbra a estar bastante lleno.
Qué ver en Sant Sadurní d’Anoia
Después de comer, es de visita obligada acercarse a Sant Sadurní. Está muy cerca de Lavern. En Sant Sadurní podéis dar un buen paseo, visitar el centro, la plaza del Ayuntamiento, la iglesia, las casas de pueblo, algunas señoriales de los antiguos vinateros… Si os habéis quedado con ganas de saber más sobre el cava, podéis pasar por el Centro de Interpretación del Cava. Pero si, por el contrario, buscáis otras opciones, os recomiendo la visita a la fabrica de chocolate Simon & Coll, donde os explicarán cómo producen sus chocolates, acompañados de catas de las diferentes variedades. No esperéis visitar la fabrica propiamente dicha, ya que de ella veréis únicamente una parte a través de un cristal.
Os advierto que si entráis a la tienda no podréis salir con las manos de vacío. Allí encontraréis todo tipo de chocolate y, además, presentado con un encanto total y absoluto: esos carteles y envoltorios de estilo art-déco que hacen que sus productos entren por la vista. En la misma tienda también podéis degustar pequeñas muestras.
Con el chocolate concluyó nuestra pequeña visita, en un día soleado de octubre en el que los viñedos empiezan a adoptar el color del otoño. Una experiencia diferente, disfrutando de una jornada tranquila y gastronómica por las tierras del vino y el cava.
Uau!! Que planazo 😀
Sí, lo pasamos muy bien!!
Me encanta!! tengo una amiga que vive en un pueblo cercano a Sant Sadurní y trabaja en un celler de la zona, al que tenemos que ir. A mi el cava me encanta y es que una copita no le hace daño a nadie y es una bebida refrescante. Nunca he ido a unas cavas y siempre le he dicho a mi marido que me gustaría ver el proceso que hay para conseguir esta bebida. Encima si luego puedes comer allí por un módico precio y hay cositas para los peques, mejor que mejor
MUAS
Pues tienes que ir a visitar algunas porque vale la pena conocerlo!! Besos
Nosotros hemos hecho dos visitas a cavas en los últimos años, pero me apunto a innovar y a ir a la fábrica de chocolate, creo que será muy gratificante, en todos los sentidos 😉
Pues apuntate el plan 🙂 A mi es que me pierde el chocolate!!