Acoso escolar o bullying en niños y adolescentes

El acoso escolar es un tema complicado. Si nos remitimos a las cifras que constatan que 1 de cada 5 niños sufrirá acoso en España, nos podemos llevar las manos a la cabeza. Y es que el bullying está allí, conviviendo en el día a día de nuestros hijos. Sea en el papel de acosado, acosador, o espectador, quien más quien menos, ha vivido algún caso en un entorno cercano.

Acoso escolar

El tema del acoso no es cuestión de uno ni de dos. La responsabilidad e intervención en este tipo de casos es de todos y cada uno de nosotros. No valen las frases del tipo «son cosas de niños», ni divisiones entre buenos y malos, ni mucho menos mirar hacia otro lado y hacer como si aquí no ha pasado nada. De este tipo de actitudes han salido casos que han terminado siendo muy graves… Aun centrándonos en los casos que revistan menor gravedad, la víctima siempre sale emocionalmente malparada. Las consecuencias pueden permanecer en el mundo emocional de aquellos que han sufrido acoso, incluso hasta 40 años después de los ataques, según afirma el informe publicado en American Journal of Psychiatry, realizado por King’s College London.

El esquema del acoso es sencillo. Nos lo explicó Carmen Cabestany, profesora y secretaria de la asociación No al Acoso Escolar, muy bien en su ponencia en la edición de Gestionando hijos, en Barcelona en mayo de 2016. En aquella ocasión, Carmen Cabestany representó el acoso en forma de balanza donde cada uno de los implicados tiene su peso. En un lado el acosador, en el otro la víctima, y quien hace que la balanza se incline hacia un lado o al otro es el peso del grupo. Si el acosador no se siente arropado por el grupo, deja de actuar.

De ello se deriva la importancia que tiene que eduquemos a nuestros hijos en la empatía en general, y especialmente con aquellos que sufren. Los niños deben aprender a aceptar a cada uno como es, con sus defectos y sus cualidades, a pronunciarse ante cualquier injusticia que vean, y no a convertirse en meros espectadores de lo que acontece a su alrededor. Cuanta más fuerza a favor de la víctima, menos presión realizará el acosador.
Os recomiendo visionar la ponencia, porque es muy completa e interesante.

El acoso escolar no tiene edad. Muchas veces relacionamos el acoso escolar con la adolescencia. Sin embargo, es un tema que se inicia desde edades bien tempranas, y curiosamente disminuye con la edad.
La única diferencia entre edades es el tipo de acoso, o cómo se produce, pero los daños emocionales siempre están presentes, independientemente de que sea en preescolar, primaria o bachillerato.
Según el informe Cisneros X(2005), las cifras hablan por sí solas. La mayor incidencia de los casos de acoso está entre los cursos de segundo y cuarto de primaria, que oscilan entre un 43% y un 37%. Los índices van disminuyendo al llegar a bachillerato, con valores de 11%.

Tipos de acoso escolar

El acoso escolar se puede dar en diferentes ámbitos del entorno escolar y bajo diversas formas. Aunque la estructura siempre es la misma, un acosador, unos testigos o grupo, y una víctima.
El acoso se manifiesta de diversas formas, entre los tipos más frecuentes se pueden destacar:

Físico: cuando el acoso se produce utilizando violencia física.

Social: el que provoca una “exclusión” de la víctima. Situaciones que implican dejar de lado a un niño. Ese pequeño o adolescente al que no invitan a la fiesta o las salidas de grupo. Aquel en que nadie quiera escoger a ese compañero para formar equipo en juegos, trabajos escolares…

Verbal: en él la herramienta de acoso son las palabras, ya sea a modo de insultos, mofas,…

Ciberbullying: es aquel que se produce usando como vehículo las redes sociales.

cyber-bullying

Libros relacionados con el acoso escolar

Hay libros para todas las edades que abarcan el tema del acoso escolar, bien directamente, bien de forma más sutil. Siempre resulta útil poder remitirnos a alguna lectura para ayudar a nuestros hijos a hablar, entender, o desarrollar conceptos y valores. Os citaré solo algunos:

Para los más pequeños, títulos como El amigo perfecto, que nos ayuda a entender que todos somos diferentes, pero no por ello hay nadie mejor que otro.

Para los peques, tratando directamente el acoso, podéis recurrir a Hugo y la receta mágica. Otra lectura interesante es el cuento El club de los valientes de Begoña Ibarrola.
Os recomiendo encarecidamente, tanto para adolescentes como para los pequeños, la saga Wonder. Que aparte de las novelas para más de 12, ha salido al mercado un cuento adaptado a peques: Wonder. Todos somos únicos. En la misma línea de aceptar las diferencias, para los más mayorcitos, podéis optar por Como pez en el árbol.

Si buscáis casos reales y cercanos para adolescentes, una lectura ideal es Y luego ganas tú… con la que seguro más de uno se siente identificado. Podría hacer un post solo con literatura infantil y juvenil sobre este tema. Sin embargo, esta pequeña selección es muy recomendable.

El acosador también tiene problemas

El niño que acosa probablemente no sea feliz y su nivel de autoestima sea tan bajo que necesita sentirse “superior” a otro para paliar ese sentimiento. Un niño que tiene cubiertas sus necesidades emocionales no se convierte en acosador. Es por ello que en los casos de bullying no solo se debe prestar atención a la víctima, sino que se ha de tratar al acosador para descubrir qué hay detrás de su comportamiento.

A nivel personal, lo que me parece curioso es que he conocido a muchos padres con problemas de hijos acosados, pero ninguno me ha dicho que su hijo le hace la vida imposible a un compañero y si se la hace, resulta mucho más sencillo desviar la mirada. Si nuestro hijo se comporta de ese modo, es obvio que debemos actuar con coherencia, y es importante que atajemos el problema de raíz. A mi parecer, esto ahorrará innumerables problemas en el futuro.

Por no hablar de los niños a cuyos padres les hacían mucha gracia sus travesuras. No obstante, cuando llegan a los 15 ya no hacen tanta, y quizá ya se les empieza a escapar de las manos la situación. Hay que educar en la empatía y el respeto. Si un niño ejerce la violencia, sea verbal o física, respecto a otro, es necesario buscar la forma de ayudarle y poner límites desde bien pequeños.

Como padres preocupados por la educación de nuestros hijos, debemos estar alerta ante las situaciones cercanas de acoso. Sea el papel que sea, siempre es necesario intervenir desde diversas fuentes: dialogando con el niño, ayudándole a afrontar la situación, acompañándole a comprender lo que está ocurriendo, y buscando juntos soluciones, hablando con el centro, con las otras familias, buscando ayuda psicológica,…
El acoso es un tema complicado y amplio. Termino este post con la sensación de dejar muchas cosas en el tintero. Podría haber hablado de casos espeluznantes que todos hemos visto en los medios. De casos vividos muy de cerca. De formas de actuar, de los diferentes perfiles de los implicados, de cómo detectar el acoso, del papel de los adultos, pero un post no da para más. Para complementarlo, os aconsejo que os paséis por el resto de blogs que participan en #hayvidadespuesdelosseis, que en la edición de este mes trata de este tema.

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