Después de conocer la iniciativa de #hayvidadespuesdelos6, me decidí a participar, puesto que prometía ser muy interesante. He visto numerosos blogs centrados en la primera infancia y realmente la educación de nuestros hijos va mucho más allá.
Por suerte o por desgracia, como se quiera ver, el tiempo pasa rápido y los peques crecen. A medida que crecen, a mi parecer, la educación se va complicando porque las cuestiones que se nos plantean son más elaboradas y aquellos pequeños a los que, aunque en ese momento no lo pareciera, tan fácilmente podíamos ‘manejar’ van definiendo su propia visión y sentido crítico respecto al entorno.
Llegan etapas de dudas, de relaciones sociales complicadas, de cambios físicos y psicológicos, de empezar a plantearse su futuro, de salir con sus amigos…
Si he de presentarme como una persona sincera debería decir que el tema ‘como hablar de sexo con los niños’, nunca me habría planteado tratarlo en un post. Y ¿por qué? Porque es un tema que a lo largo de los años no he guardado bajo la etiqueta de asunto ‘preocupante’. Me he sentido mucho más abrumada cuando mis hijos, ya desde bien pequeños se han cuestionado sobre la muerte, el cambio climático o el maltrato animal.
Tratar aspectos como los citados me ha costado muchísimo más, porque, como madre, me gustaría que los niños se mantuvieran al margen de ciertas cosas. Allí, acurrucaditos bajo mis alas de gallina clueca. En un lugar hecho a su medida, donde Pandora jamás conseguiría abrir su caja. Sin muertes, guerras, hambre, catástrofes naturales ni contaminación. Pero por desgracia no es así.
Recuerdo hace algunos años, cuando la mayor de mis hijas contaba con 3 ó 4 daban en la tele la serie de Shin-Shan, hubo algunas quejas por parte de padres irritados y la cadena decidió substituirla por el detective Conan. Sinceramente, prefiero ver a un niño de 5 años enseñando el culito y ruborizándose por la visión unas faldas que a otro, como el peque-adulto Conan, investigando asesinatos, suicidios y demás actos violentos.
El sexo…No es que no me interese hablar de sexo con mis hijos, sino simplemente es que es un tema que a lo largo de los años se ha ido planteando como aquel que dice casi sin darte cuenta.
Cuando un pequeñin se pregunta como ha ido a parar ese bebé a la barriguita, jamás se me ha ocurrido recurrir a esas historias obsoletas de que los trae la cigüeña o vienen de París. Cada pregunta requiere una respuesta adecuada al nivel emocional del niño. Hablar de sexo es inevitable porque el sexo está en todas partes: unos animalitos en el zoo, una pareja besándose en la calle, una película en el cine, un video en el wassap(que quiza yo misma les haya enseñado) o unos homosexuales paseando de la mano. La naturaleza de los niños es curiosa y sin duda preguntarán.
La clave está en no escandalizarse ni ponerse en tensión por tocar ciertos temas o dar respuestas evasivas del tipo cuando seas mayor, ya te contaré…. plantearlo como algo natural y cuando aparezca la ocasión, que aparecerá, hablar de sexo ofreciendo información rigurosa, clara y concisa, para que en aquel momento en el que inicien sus primeras relaciones tengamos la seguridad que no están desinformados. Conocen los métodos anticonceptivos y todo lo que conllevan las relaciones sexuales.
Y no hay que preocuparse, ya surgirá en más de una ocasión, el momento de sentarnos a hablar y explicar con pelos y señales. Pero si desde que son pequeños les hemos hablado del sexo como algo normal, algo que es lo que hace que el mundo avance y se perpetue, que forma parte de la vida cotidiana, seguiremos haciéndolo porque se habrá creado un clima de confianza. Al fin y al cabo,la confianza es la base de unas buenas relaciones con los hijos.
Cuando los niños empiezan a hacer el cambio el día a día ya te va llevando a hablar de ello.
En la preadolescencia nos podemos sorprender de que los niños sientan pudor al tratar estos temas, no hay que preocuparse y seguir abogando por la confianza y la naturalidad.
La preadolescencia y la adolescencia son etapas difíciles de llevar para ellos mismos y eso los padres también lo hemos de comprender. Es normal que sientan pudor, o vergüenza de hablar con nosotros de ciertos temas, pero lo harán .
Y en este sentido lo más importante es que sepan que nosotros, como padres, estamos allí al pie del cañón y que pueden contar con nosotros para hablar de cualquier cosa. Que a lo mejor no coincidiremos en la manera de ver las cosas pero que les respetaremos y brindaremos nuestro apoyo, que pase lo que pase siempre será incondicional.
Pues me encanta lo que cuentas y cómo lo cuentas. Comparto plenamente tu opinión. También me parece que hay otros temas mucho más peliagiudos de explicar. Cosas que mucha gente todavía ni se plantea. El trato que le damos a los animales es uno de ellos.
A los críos se les cruzan los cables totalmente el día que descubren que los pollitos, los cerditos, las cabritas y los patitos son asesinados cruelmente en espacios por los que no pasearíamos con ellos para que… nos los comamos!! Claro, las bandejitas del super, limpitas con plástico y casi sin restos de sangre lo hacen todo mucho más esteril y alienante… Y es eso, para sobrevivir a ese terrorífico pensamiento, nos alienamos. PLastificamos los trocitos de animal para que dejen de parecen un animal.
Uf, igual no toca aquí que el tema era otro!
En resumen, que me gusta cómo lo has planteado. 🙂
Gracias Nuria. Lo de la carne es un tema peliagudo, precisamente nos estamos replanteando este tema 🙂