Hacía tiempo que tenía ganas de acercarme a conocer Mons Observans, un yacimiento romano, también denominado Can Tacó o Turó d’en Roïna. Aprovechamos que hacían la visita teatralizada “El pintor Pompeiano” y también el taller de juegos romanos.
Tenía ganas de conocerlo, porque es uno de los yacimientos romanos más antiguos de Cataluña.
Se trata de un Praesidium que, a decir verdad, no parece muy bien conservado. Pero tiene la particularidad de que se enjaularon lo que fueron las paredes y se relleno el piso hasta la altura de la época romana. De este modo, además de hacernos una idea bastante clara de lo que fue la planta del conjunto de edificios, podemos caminar y verlo desde la misma altura de los antiguos romanos.
Se sitúa entre los municipios de Montmeló y Montornés del Vallés, muy cerca de Barcelona.
Origen de Can Tacó, Turó d’en Roïna
No es de extrañar que los romanos escogieran este pequeño cerro de Mons Observans para construir su Praesidium. La ubicación es totalmente privilegiada en un pequeño cerro de 120 m de altitud. A día de hoy seguimos gozando de extensas vistas. Desde allí se podía controlar la llanura, con sus vías principales, como la vía Hercúlea (más tarde conocida como Augusta) y el río Congost.
Se trata de un Praesidium, asentamiento militar con funciones administrativas, que data del s. II a. C.
Estuvo activo durante 20 ó 30 años; tras ese tiempo dejó de funcionar coincidiendo con el establecimiento de los romanos en ciudades como Iluro o Baetulo.
Tras el abandono, cayó y quedó sepultado. No fue hasta los años 50 del s. XX cuando, a raíz de la intención de construir en el cerro, las máquinas excavadoras toparon con parte del muro perimetral.
Las obras se pararon, y ya fue en el 2002 cuando se iniciaron las excavaciones. En el 2008 fue declarado BCIN (Bien Cultural de Interés Nacional). Desde el 2012 está abierto al público.
Mons Observans, la visita teatralizada
Al entrar al recinto nos encontramos con una maqueta que nos permite hacernos una idea clara de lo que vamos a ver.
El praesidium se halla rodeado por un muro perimetral. Al lado de la entrada, encontramos un baluarte de vigilancia.
Traspasamos la puerta y llegamos a un patio en el interior. En la parte oriental se halla lo que fueron zonas de almacenaje y las habitaciones de los soldados.
También podemos apreciar el perímetro de lo que fue la sala de audiencias, que se hallaba decorada con pinturas y mosaicos.
Al final del patio encontramos una cisterna interior que se comunicaba, a través de canalizaciones, con otra cisterna ubicada en la parte trasera del recinto.
La parte trasera también contaba con grandes torres cuadradas.
En la zona occidental del patio podemos observar los restos de lo que fue el Tablinium (despacho), como curiosidad se encontró la pared caída con pinturas del primer estilo pompeyano.
Asimismo, se sitúa en la parte occidental una zona dedicada a carga y descarga que parece ser que se comunicaba, a través de unas escaleras, que no se han conservado, con el patio principal.
La visita teatralizada duró una hora y media aproximadamente, se nos hizo muy amena y asequible a todos los públicos. Tras la visita comenzamos el taller de juegos romanos.
Taller de juegos romanos
Una breve introducción nos condujo a la historia de lo que fueron los juegos romanos. ¿Sabéis cómo jugaban los niños romanos de diferentes edades y clases sociales? Si hacéis el taller, sin duda aprenderéis sobre ello, y además lo viviréis en vuestra propia piel. Los romanos tenían tendencia a todo tipo de juegos, no sé si vosotros, pero siempre me imagino a los legionarios jugando a dados. Y sin duda, los niños romanos jugaban a infinidad de juegos.
En el taller disfrutamos de juegos como Ludus Deltae o Ludus Castellorum que no son tan diferentes a los que jugábamos de niños en la calle. Sin duda, el taller de juegos romanos en Mons Observans nos proporcionó buenos momentos de diversión en familia y los participantes eran de edades muy variadas; apropiado para todos los públicos, lo pasaréis bien grandes y pequeños.
Recomendaciones prácticas para visitar Mons Observans
- Para llegar:
AP-7 Barcelona – Granollers (salida 13)
C-17 (Ctra. de Barcelona a Puigcerdà)
BV-5001 (Ctra. de La Roca). Por aquí fue donde llegamos nosotros. Estad atentos al camino que tenéis que coger, porque se hace andando, es de tierra y os lo podéis pasar de largo fácilmente desde el coche.
Tren: Rodalies de Catalunya (Estació de Montmeló)
Bus: Sagalés línia Granollers – Montmeló – Montornès del Vallès
En transporte público tendréis que andar bastante para llegar hasta el yacimiento. - Tipos de visita:
Se puede visitar por libre, visita guiada o visita teatralizada. También hay dos tipos de talleres: el de juegos romanos y un taller de arqueología. - Tarifas:
Entrada: 2 €
Entrada + visita guiada: 3,5 €
Entrada + visita teatralizada: 4 €
Talleres familiares: 2 €
Podéis consultar los horarios y tarifas reducidas en la propia Web de Mons Observans. - Lo mejor es llevar calzado cómodo. Tanto para el propio yacimiento como para acceder, ya que no es posible llegar hasta arriba en coche y tendréis que andar unos cientos de metros por el campo.
- Si visitáis Can Tacó cuando las temperaturas empiezan a subir, mejor con gorra y una buena protección, ya que no hay sombras. No olvidéis el agua.
- Es posible reservar con antelación. Podéis hacerlo por Internet o por teléfono. Os recomiendo esta última opción.
- Si vais con niños lo más aconsejable es la visita teatralizada. Yo lo recomendaría a partir de 6-7 años. Para el taller de juegos romanos, a partir de 3.
Pasamos una mañana muy agradable descubriendo los secretos del yacimiento romano Mons Observans, Can Taco o Turó d’en Roïna. Descubrimos algunos elementos que nos llamaron la atención y disfrutamos de unas vistas amplias, que durante la época romana debieron ser privilegiadas. Vale la pena hacer una visita en familia y está muy cerca de Barcelona.
Cada día m gustan más estos planes
Bss