Motivación: el motor del aprendizaje

Un elemento imprescindible para el aprendizaje, bien sea en las aulas o fuera de ellas, es la motivación. Motivar es el primer punto que debemos trabajar en el momento de preparar cuando nos proponemos iniciar cualquier tipo de enseñanza.

Cada vez son más los niños que llegan a la adolescencia desmotivados, principalmente en el ámbito escolar, por ello es tarea de los adultos crear unas pautas para reforzar la motivación desde pequeños.

La motivación es indispensable para que aquellos niños que podrían ser brillantes en el aprendizaje no se queden en el camino. Tarea de padres y educadores es conseguir transmitir desde la primera infancia los estímulos necesarios para que los niños mantengan su curiosidad innata: las ganas de experimentar, descubrir, explorar, plantear hipótesis… En definitiva, la capacidad de aprender.

Renzulli en sus estudios sobre el mecanismo de aprendizaje de los superdotados nos habla de tres anillos que se yuxtaponen: el CI, la creatividad y el compromiso con la tarea. Compromiso con la tarea que no es más que una motivación elevada, suficiente para perseverar durante el tiempo que sea necesario en una actividad. Sin motivación no hay esfuerzo y resulta imposible avanzar.

Motivar y experimentar

Claves de la motivación

Podemos aportar recursos para mejorar la motivación. Sin embargo, no debemos olvidar que que a pesar de cualquier estrategia la motivación debe de fluir del interior de uno mismo.

– Un elemento importante es involucrar al niño en el aprendizaje. Para ello existen varios métodos y en este sentido la educación experimental contribuye en buena medida a conseguirlo. En esta linea es en la que oscila la propuesta de Roger shank sobre aprender haciendo.
Y es positivo trabajar mediante la experimentación, buscando sus propias respuestas y planteándose nuevas preguntas y retos, perdiendo el miedo a equivocarse, porque como bien dice Sir Ken Robinson “Si no estás dispuesto a equivocarte, nunca llegarás a nada original.”

– Otro factor necesario para motivar a los niños o adolescentes es la implicación emocional. Esta idea no es nueva. Podemos encontrar diversas ideas y frases del estilo de la de Tolstoi que reza: “La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón.” Sin embargo, la novedad en este aspecto son los avances tecnológicos en neurociencia y el estudio del cerebro, que han permitido a Francisco Mora afirmar en su libro Neuroeducación lo siguiente:

“La neurociencia cognitiva ya nos indica, a través del estudio de la actividad de las diferentes áreas del cerebro y sus funciones que sólo puede ser verdaderamente aprendido aquello que te dice algo, aquello que llama la atención y genera emoción. aquello que es diferente y sobresale de la monotonía”.

– Aunque suene algo evidente, es necesario tener en cuenta que para motivar a otros es necesario empezar por uno mismo. Si nos apasiona aquello que estamos enseñando es probable que logremos interesar a quien nos escucha.Aprender haciendo

Recursos educativos para aumentar la motivación en el aula

– A nivel práctico existen métodos para motivar a los alumnos teniendo en cuenta sus talentos y competencias. Así, se pueden establecer trabajos separando los grupos por aptitudes y capacidades, teniendo en cuenta la complementariedad de cada uno con el resto.

Trabajar en equipo repartir las tareas basándose en las aptitudes y actitudes. Potenciar las habilidades y talentos permitiendo que se demuestren los puntos fuertes de cada niño y promover el esfuerzo en aquellas competencias que ofrezcan un mayor grado de dificultad…

– Otra estrategia consiste en establecer enseñanza por niveles que vayan aumentando progresivamente en dificultad, quitando la obligatoriedad, más allá de un nivel mínimo, para que cada uno alcance su propia meta. A aquellos ue deseen ampliar información al respecto les remito al estudio de Richard Bueno Hudson del Instituto Cervantes de Manchester.
– El trabajo por proyectos resulta motivante de por sí. Escoger un tema y trabajarlo desde diversos ámbitos para obtener un aprendizaje transversal. Es ideal hacer algún trabajo de este tipo ante aquellos temas que les llaman la atención. Una inmersión total desde diversas perspectivas en un ámbito de conocimiento.

– Valorar los logros y animar frente a los retos permitirá que los niños se sientan motivados para el aprendizaje. No sólo es necesario creer en ellos sino que hay que demostrárselo.

– Permitir la colaboración de los niños. Favorecer la actitud de aportar ideas, inquietudes o material antes de iniciar una tarea.

– A los niños les gustan los retos pero en este factor la clave esta en el equilibrio. El grado de dificultad debe estar en función de la capacidad del niño para que este este motivado: resulta tan desalentadora una tarea demasiado fácil como una demasiado difícil. La cuestión es aumentar el grado de dificultad de manera progresiva para ver hasta donde puede llegar. Y en este punto no es tan importante la edad como el grado de madurez y la capacidad cognitiva del niño.

Enseñanza emoción

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