Darse un paseo tranquilo por los Aiguamolls de l’Empordà es una actividad ideal para hacer con los niños. Las marismas permitirán gozar de la naturaleza en familia: la fauna, la flora, el aire libre con sus olores y colores…
Está todo muy bien cuidado, con muchos lugares para sentarse, pasos de madera, que le aportan un encanto especial. El recorrido cuenta con numerosos observatorios o miradores para disfrutar de los animales que habitan esta reserva natural. Posee diversos tramos en los que descubrir diversos paisajes y hábitats: zona de prados, playa y dunas, zonas inundables, zonas de aguas permanentes.
Las marismas cuentan con diversos itinerarios a escoger. Si os organizáis para ir con los peques, los más recomendables son el 1 y el 2. El 1 va del estanque del Cortalet a Mas Matà y Senillosa, y abarca una longitud de 2´5 Km.
El segundo se inicia en el aparcamiento de Mas Matà y llega hasta la playa virgen y dura 2´3 km. Se puede realizar todo el recorrido empalmando los dos itinerarios, saliendo de la zona del Cortalet y llegando a la playa. Son un total de 4’8 km si os decidís por hacer los dos seguidos, pero vale la pena.
Son itinerarios llanos que no entrañan la más mínima dificultad, y cuentan con numerosos espacios donde parar a observar, con lo que no se hace para nada cansado.
En el punto de información de la zona de Cortalet, en el mismo aparcamiento, tenéis una zona de pícnic muy agradable, sombreada. Cuenta con un chiringuito por si queréis tomar un café o unos bocadillos.
Cuando realizamos el recorrido el estanque del Cortalet estaba seco, este hecho no nos desanimó, el paseo nos encantó. Pasado el estanque nos fuimos directos al observatorio de gamos. Acudimos en silencio y permanecimos allí quietos durante un rato. Sin embargo, no tuvimos la suerte de ver ninguno, aunque los hay. Nos conformamos con una vacas que andaban por ahí cerca pastando.
Seguimos paseando por un paisaje típico de ribera y parándonos en los observatorios que encontrábamos a nuestro paso.
Más adelante nos encontramos con el observatorio Senillosa. Lo cierto es que es impresionante toparte con esas torres en plenos Aiguamolls de l’Emporda. Es posible puede subir hasta arriba de todo de una de las torres y desde ahí las vistas son impresionantes.
En este punto encontramos unos servicios, por si a mitad del recorrido queremos disfrutar del baño, y una zona de pícnic que cuenta con un par de mesas grandes de madera.
Si seguimos avanzando hacia la playa podremos descubrir, además de numerosas especies de animales y a los caballos de la Camarga pastando en zonas valladas. Al final llegamos a las playas vírgenes y volvemos a desandar lo andado. Debemos tener en cuenta que según la época del año se encuentran cerradas para permitir la reproducción de diversas especies.
Otro de los alicientes que tienen los Aiguamolls de l’Empordà es que podemos hacer un recorrido literario. A lo largo del trayecto nos vamos encontrando carteles con fragmentos de textos extraídos de la producción de Lola Anglada y relacionados con los paisajes que nos ofrecen los Aiguamolls.
Durante el trayecto una serie de carteles nos informan de las especies que nos podemos encontrar paseando por los Aiguamolls de l’Emporda. Entre la flora podemos disfrutar de especies típicas de zonas de ribera, como los olmos, fresnos, robles, espadañas, zarzamoras…
También cuenta con zonas de pasto en las que podemos disfrutar tanto de animales domésticos como salvajes. Rodeando las zonas más húmedas hay numerosas especies de aves, como patos, garzas reales, cormoranes, los inconfundibles oriols. A lo largo del recorrido, seguro que no se os pasan por alto los grandes nidos de cigüeñas. Según la época del año también podréis observar.
Vale la pena hacer un recorrido con los niños, adecuándolo a la edad y las ganas de caminar que tengan. Os espera un espacio rebosante de vida en el que a buen seguro los peques disfrutarán un montón. Eso sí, si queréis ver a diferentes especies, mantener el silencio, sobre todo en las zonas preparadas para la observación.