Un lugar perfecto para salir con niños y muy cerquita de Barcelona es el Delta del Llobregat. Se divide en diferentes espacios en los que se pueden hacer rutas a pie o en bici. Ideal para disfrutar de la naturaleza, observando las numerosas especies de animales y plantas, el cauce del río y diversos estanques de agua. Una zona con un gran valor, tanto a nivel de la flora y fauna que la habita, como a nivel paisajístico.
Los diversos espacios del Delta del Llobregat
Al constar de variedad de paisajes, se caracteriza por su diversidad de ecosistemas: zonas de humedales, dunas, pinedas, prados,…
Los espacios del Delta del Llobregat se dividen en:
- El Remolar-Filipines y playa de Viladecans.
- La Pineda de Can Camins y la playa del Prat.
- Espacios naturales del río Llobregat, la Murtra y la Pineda de la Mallola
- Los estanques de Can Dimoni.
Nosotros hemos seguido dos itinerarios, en el Delta del Llobregat, en dos días diferentes, pero no descartamos hacerlos todos. De momento, os cuento nuestras impresiones sobre lo que hemos visto . Más adelante publicaré un nuevo post con las zonas que faltan.
Itinerario por el río: Cal Tet
Llegamos a la zona de cal Tet, el aparcamiento se encuentra a unos 500 m. del inicio del recorrido. Tenemos que dejar el coche, puesto que no está permitido el paso de automóviles. Al llegar, nos acoge el punto de información y una pequeña zona de pícnic.
La zona de pícnic consta de 6 mesas y dos bancos. Los bancos se hallan a la sombra, sin embargo las mesas… No se puede negar que hay algún arbolito por allí plantado, no obstante ni una sombra para comer. En el punto de información tienen cafés y junto a las mesas de pícnic hay una fuente de agua potable.
En el punto de información solicitamos el mapa y nos explicaron los distintos itinerarios, nosotros escogimos el más corto. Entre que estos días hace mucho calor y nos vamos parando ensimismados y distraídos… Nos decantamos por la ruta de 3’5 Km y llegamos hasta el Sabogal. El recorrido más largo, de 5 km., nos conducía hasta la desembocadura del Delta del Llobregat.
Empezamos la ruta: prismáticos en mano, protección, repelente antimosquitos y una buena provisión de agua. Iniciamos la andadura para encontrarnos paisajes de ribera con abundantes cañizales con vegetación típica de bordes de río.
Se puede optar por andar justo por la ribera o unos metros más al interior. Como hay varios puntos para pasar de un camino al otro íbamos haciendo eses. En el primer tramo pudimos observar numerosas especies de mariposas, libélulas y aves marinas, abundaban los martines pescadores, gaviotas y aves diversas…
Nos llamó la atención, al llegar al estanque de Cal Tet, la presencia de las tortugas de Florida que asomaban sus cabezas en el agua. Nos hizo gracia verlas, no lo vamos a negar, pero desde aquí quiero recordar que son especies foráneas que perjudican al ecosistema autóctono y que no es una buena acción abandonarlas en lagos y ríos. Debemos ser respetuosos con la naturaleza, hay lugares especializados para dejarlas para aquellos que no sepan que hacer con ellas. Tener un animal es una responsabilidad y se ha de ser consecuente.
Llegamos a la torre de Cal Malet, un pequeño observatorio desde el que poder contemplar tanto el paisaje como algunas de las especies de aves que están pescando o revoloteando por el río. Allí nos paramos un rato, al pie de la torre hay también un par de bancos, para aquellos que deseen pararse a descansar.
Es a partir de esta zona que podemos decidir si seguir hasta el Delta o desviarnos hacia el mirador del Sabogal y allí, al observatorio de aves, es adonde fuimos. La zona está muy bien cuidada, el itinerario perfectamente señalizado, a través de un largo puente de madera llegamos al mirador del Sabogal, desde donde pudimos observar algunas especies de aves acuáticas en el estanque de Cal Tet.
Desde ese punto deshacemos el camino a través del puente de madera y llegamos al camino que nos conducirá a la salida. La característica de este tramo final es que pasamos por la zona de humedales y cambian las especies que podemos observar. Además, es en esta zona donde podemos ver pastando tranquilamente caballos de la Camarga, preciosos.
Es un itinerario muy sencillo para salir con los niños. Está perfecto, plano, no demasiado largo… Además de la fauna y el paisaje tiene un aliciente que a los peques normalmente les entusiasma: estamos tan cerca del aeropuerto que los aviones pasan volando muy bajito y a los niños les llama mucho la atención.
Paseo por el borde del río. Parque fluvial del Llobregat
El otro itinerario, que hicimos por el Delta del Llobregat, no es propiamente un itinerario, sino más bien un paseo para ver como ha quedado la zona del río que está incluida como espacio de la ciudad del Prat. El parque del Llobregat recorre 17 municipios, en una longitud de 30 Km. De hecho, el Llobregat ha sido durante muchos años un río bastante contaminado, al que la ciudad había dado la espalda. Sin embargo, poco a poco se va recuperando la zona, que se ha convertido en un punto vital de la ciudad como zona de ocio en espacios naturales.
Se han replantado árboles teniendo en cuenta que sean especies autóctonas de los bordes de ríos. Todavía son pequeños, les quedan algunos años para dar buenas sombras y crear buenos sotobosques. Pero ahí están y ya es un avance. La zona del borde del río no es de tierra sino que está prefabricada, pero es ideal para andar o ir en bici.
Entre otras cosas, podemos ver y subir a las torres de sal, que a día de hoy se han convertido en miradores desde los que se puede observar el río y la ciudad. Un ejemplo perfecto de arquitectura funcional. Además, en el borde del río se van recuperando los ecosistemas y podemos ver numerosas especies. Principalmente observamos aves, aunque también anfibios y peces. Incluso detectamos pisadas de conejos, que claro, a pleno día y en una zona tan concurrida son complicados de ver.
Es muy difícil recuperar un ecosistema en una zona urbana, en un río contaminado con químicos. A él que iban a parar los residuos de las minas de sal cercanas a Manresa. Actualmente, las aguas saladas se canalizan por otra vía. De ahí la necesidad de la existencia de las torres de sal, que sirven como torres de presión para que circule el agua. Poco a poco el aspecto y la salud del río va cambiando.
En nuestro recorrido pudimos observar numerosas especies de plantas. Algunas de ellas autóctonas, otras invasoras: artemisa, plantas acuáticas como la boga o la asiática shantium. Cañizal autóctono conviviendo como puede con la caña americana… Entre las aves, escuchamos a ruiseñores, abejarucos. Asimismo, pudimos contemplar las idas y venidas de las golondrinas a sus nidos, garcetas, zumayas. Entre las aves acuáticas llegamos a observar como una gaviota había pescado una carpa bastante grande. Se estaba dando un festín.
Si vais a pasear, que estad atentos, porque si observáis, bien seguro que veréis algunas especies que merezcan la pena en el Delta del Llobregat. Como en el itinerario anterior, no olvidéis vuestros prismáticos.
Está claro que nuestra próxima parada será el Remolar. En nada os cuento más. Es una forma de pasar la mañana cerca de casa, disfrutando con los niños del aire libre y la naturaleza.