Un lugar ideal para pasar el día con los niños, muy cerca de la ciudad Tarragona, es el Parque Ecohistórico del Pont del Diable.
Es un entorno ideal, ya que combina el contacto con la naturaleza, una obra importante de la ingeniería romana, el acueducto de les Ferreres, y los vestigios de principios del siglo pasado con el jardín romántico y la Casa del Guarda de estilo modernista.
El acceso es fácil. Un pulmón verde a tan solo 4 km de Tarragona. Podéis llegar a través de la autopista AP-7 (Barcelona – Tarragona) o la carretera N-240 (Tarragona-Valls). Se puede acceder desde la misma autopista, desde un área de descanso en dirección sur. Lo descubrimos por casualidad paseando por ahí y lo encontré muy curioso: una puerta en el área nos conduce hasta el parque a través de una pasarela de madera.
Al llegar al parque, nos sumergimos en un entorno plenamente natural en el que nos acompañan olmos, pinos, cipreses y encinas,…
No esperéis encontrar columpios ni atracciones de este tipo, pero sí que cuenta con espacios sombreados y llanos donde los pequeños pueden jugar libremente.
Nada más llegar a la zona de aparcamiento, por la carretera, a pocos metros del coche, nos recibe un portal de piedra. En el quicio, muy al estilo de la época, un cartel epigráfico reza: Paso exclusivo para el puente. Nos da la bienvenida al jardín romántico y nos retrotrae a principios del s. XX.
El jardín Romántico de Puig i Valls
Fue diseñado y creado por los hermanos Puig i Valls. Esta ideado de tal manera que encaje perfectamente con el entorno natural y sea difícil en ocasiones discernir hasta que punto llega la intervención del hombre en el espacio.
Tiene monumentos, árboles rodeados de setos, caminos bien delimitados con piedras. Sin embargo, no os esperéis el típico parque en el que se notan las podas y cuidados cotidianos de los jardineros, sino que la imagen es más agreste.
Además, muchas de las especies botánicas que contiene son autóctonas o bien adaptables a la zona, siguiendo la concepción primigenia del jardín. Es un placer pasear por allí, tranquilamente y observando lo que nos rodea.
Nos “perdemos” entre especies tales como granados, encinas, cipreses, alfombrados de hiedra, y pequeños arbustos típicos de clima mediterráneo.
Además, el diseño del jardín está pensado para conducirnos hasta el monumental tramo de acueducto, que en medio de ese paraje, sorprende al visitante.
El acueducto de les Ferreres
Tras un pequeño recorrido desde la entrada del parque nos encontramos frente al acueducto denominado les Ferreres, popularmente conocido como Pont del Diable.
El estado de conservación del monumento es muy bueno y para nosotros lo mejor de todo es que puedes pasear por el canal de la parte superior, ya que esa parte está totalmente restaurada. Desde allí se puede contemplar al fondo la que fue la antigua Tarraco, ciudad a la que abastecía gracias a las aguas procedentes del río Francolí…
No se conoce exactamente la época de construcción, aunque probablemente fue durante la época de Augusto, en la que Tarraco se convirtió en capital de la Hispania Citerior, y para ello fue dotada de innumerables monumentos que a día de hoy han hecho que los conjuntos arqueológicos de Tarragona sean declarados Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO.
Hay que decir que para subir, el camino no es muy bueno, aunque no presenta ninguna dificultad, más que nada avisar que si lleváis niños muy pequeños os decantéis por el porteo ya que es inaccesible con el carrito de bebé.
La Casa del Guarda del Pont del Diable
Tal y como su nombre indica esta era la casa donde habitaban los guardas del jardín romántico en época de los hermanos Puig i Valls.
Es un edificio de dos plantas construido en estilo modernista. Es sencillo, pero muy bonito y está todo muy bien cuidado. Con las paredes blancas, decoradas con revestimientos de azulejos y con dos accesos a través de escaleras de piedra, y la principal revestida con cerámica en tonos azul cobalto y amarillo ocre. Es como un punto que llama la atención en el parque, pero al mismo tiempo totalmente integrado en él.
La terraza con su suelo de madera y provista de sombrillas es muy acogedora. Pertenece al restaurante en el que se puede comer o tomar un desayuno, un refresco o un tentempié.
Rutas de senderismo desde el Parque Ecohistórico del Pont del Diable
Podéis seguir alguna de las rutas que se sugieren en el parque. Está todo muy bien señalizado, azul, rojo y negro, y no son complicadas, aunque existen tres itinerarios con diferentes grados de dificultad. El más cortito es de 2’3 km., el siguiente 4’5 km. y el largo 5’2 km.
A través de un tranquilo paseo podéis disfrutar de la biodiversidad que ofrecen, tanto a nivel de flora como fauna, los paisajes mediterráneos.
Dónde comer en el Parque Ecohistórico del Pont del Diable
Para comer existen dos opciones, bien en la propia Casa del Guarda, o bien picnic.
La opción de picnic es algo complicada, y no precisamente porque no este cuidada ni provista de buenas sombras, en un entorno privilegiado, sino por la escasez de mesas. El espacio cuenta con todo lo necesario, papeleras, una fuente,… pero se agradecería un mayor número de mesas, ya que no cubren la afluencia de público que recibe el Parque Ecohistórico.
La zona de picnic está justo al lado de la Casa del Guarda, que cuenta con un restaurante cafetería, lo que es ideal para, si escogéis esta opción para comer, después tomar un café.
Si no os decantáis por el picnic y queréis comer allí, en la Casa del Guarda, el restaurante ofrece un menú a precios asequibles y cuenta con menú infantil. En época de calçots también preparan calçotadas.
Como podéis ver, el Parque Ecohistórico del Pont del Diable proporciona la oportunidad de disfrutar plenamente de la naturaleza en familia y lo mejor es que se encuentra al lado mismo de la ciudad.
Además, es agradecido en verano, ya que la amplia vegetación ofrece muchas zonas de sombra y muy apetecible para pasar el día en primavera y otoño.
Que chulo el sitio!! No lo conocía, pero la próxima visita que hagamos a los #BuenosTitos lo vemos sin falta!! Gracias 😀
Sí, cuando paséis por aquí ya lo sabes 😉
Que hermoso lugar, me encantan esta clase de lugares para llevar a mi hijo, el niño se siente libre, explorador, se conecta con su historia y con la naturaleza a la vez. Yo creo que de vez en cuando es grandioso desconectar e irse a recorrer lugares como estos. A mi me queda del otro lado del mundo, pero aun así me encanta contar con estos datos curiosos. Saludos y gracias por compartir. Besos!!
Si, a los niños les encanta buscar y explorar.. Aunque en la otra parte del mundo quien sabe, igual algún día pasas por aquí!! Besos
Qué bello sitio! Cuando estudiaba la universidad pase un semestre en Italia, y había muchos sitios como este, muy lindos, con edificaciones antiguas y sobre todo mucho espacio verde. Acá donde vivo en México no se ve mucho de eso pero espero algún día poder llevar a mi hija a recorrer lugares así. Es bueno saber de otros! Saludos
Si que lo es y Tarragona a nivel monumental es impresionante!! A ver si puedes traer a tu hija porqué estoy segura de que os encantaría!! Saudos