Nunca me hubiera imaginado que, tras la sobria fachada, en la basílica de San Pietro in Vincoli, ubicada en la ciudad de Roma, se puede disfrutar de semejantes tesoros.
En el exterior nos recibe un edificio de líneas rectas en las que se destaca un pórtico con arcadas.
Cuando pasamos al interior del edificio, nos cautivan los frescos, las columnas, la rica decoración del altar,… Entre sus puntos fuertes, cabe destacar que acoge una de las esculturas más famosas de Miguel Ángel: el Moisés, integrado en la tumba del Papa Julio II.
Y no solo alberga esta preciosa joyita renacentista, sino que los más fervorosos seguro que apreciarán el valor de poder observar de cerca las cadenas que llevó San Pedro cuando lo tomaron preso.
La iglesia original data del s. IV. Sobre la misma, durante el s. V, Eudoxia, esposa de Valentiniano III, encargó la construcción de una basílica dedicada a los apóstoles. Más adelante, ya en el s. XV, fue remodelada por el Papa Sixto. Dicha remodelación se le encargó a Baccio Pontelli.
Visita a la basílica de San Pietro in Vincoli
San Pietro in Vincoli se divide en tres naves. Las naves se encuentran separadas entre sí por sendas arcadas de columnas dóricas.
En la nave central cabe destacar el valor los frescos del techo, en los que Giovanni Battista Parodi recreó «El milagro de las cadenas» (1706).
El altar mayor se encuentra ricamente adornado, no en vano alberga el más preciado tesoro de la basílica de San Pietro in Vincoli.
Las cadenas de san Pedro
San Pietro in Vincoli se traduciría como San Pedro con cadenas, o encadenado. Y, tal como reza su nombre, se trata del lugar donde se conservan las cadenas de San Pedro. La urna de cristal y bronce dorado que alberga las reliquias fue una donación que realizó en 1856 el cardenal Nicola Parraciani Clarelli.
El diseño de la urna se lo debemos a Andrea Bursiri. La urna, a su vez, se halla custodiada por unas puertas de metal adornadas con escenas de la vida de San Pedro. Estas puertas correderas se abren de forma automática (previa donación de 1€) para volverse a cerrar.
Así que, cuando deambuléis por delante del altar mayor, no os olvidéis que justo detrás están las pequeñas puertas metálicas en cuyo interior se protege una preciada reliquia.
Las cadenas que San Pedro llevó en Jerusalén fueron una donación de Eudoxia (esposa de Valentiniano III) a San León Magno.
De milagros y leyendas sobre las cadenas de San Pedro
Según la tradición se cuenta que, cuando el papa León quiso comparar las cadenas que San Pedro llevó en Jerusalén con las que había llevado en la cárcel Mamertina de Roma, las cadenas milagrosamente se unieron irremediablemente, y quedaron tal y como las podemos contemplar hoy.
El Moisés de Miguel Ángel y la tumba del Papa Julio II
El Moisés de Miguel Ángel se encuentra integrado en un conjunto de esculturas que conforman la tumba del Papa Julio II.
Fue Miguel Ángel Buonarotti quien recibió el encargo de diseñar un lugar de enterramiento monumental para el Papa Julio II. De hecho, la obra se concibió como un gran mausoleo que se tendría que haberse erigido en el Vaticano. Pero, finalmente, acabó como una pequeña representación adosada en la pared de san Pietro in Vincoli a modo de cenotafio. Es decir, no contiene los restos del papa Julio II.
Dato curioso: Miguel Ángel trabajó en el Mausoleo durante 40 años, de 1505 a 1545 (el Papa murió en 1513). A pesar de ello, el trabajo no se terminó, ya que originariamente la idea era crear un conjunto de 40 estatuas, algunas de las cuales se conservan en Museos de Florencia y París.
El monumento se encuentra adosado a la pared sur del transepto y presenta dos pisos diferenciados con diversas esculturas.
En la parte superior preside el conjunto la estatua del Papa yaciente, acompañado en ambos lados por el profeta y la sibila. Justo detrás del Papa, y a un nivel ligeramente más elevado, encontramos la figura de la Virgen y el Niño.
En el centro del piso inferior encontramos la figura sedente del Moisés, flanqueado por Lea y Raquel.
Dato curioso: Se cuenta que era tal la perfección en el trabajo del Moisés que cuando Miguel Ángel terminó con su creación le dio un martillazo en la rodilla al mismo tiempo que le gritaba: -Ahora habla.
La visita de San Pietro in Vincoli es uno de los imprescindibles si estáis planeando viajar a Roma. Quizá no sea uno de los monumentos más típicos, pero realmente merece la pena por la belleza del conjunto.
San Pietro in Vincoli, información práctica
- La entrada es gratuita
Cómo Llegar
- Se ubica en una zona muy céntrica, cerca del Coliseo.
- Si venís en transporte público, lo mejor es la estación de metro Cavour.
Horarios
Los horarios de apertura varían según la estación.
- 8 a 12:30 – 15 a 19 (verano)
- 8 a 12:30 – 15 a 18 (invierno)