Aprovechando que un finde de octubre se realizaba una jornada de puertas abiertas en los yacimientos íberos de Cataluña, nos acercamos al Conjunto monumental del castillo de Olèrdola, donde hicimos la visita guiada: “Casas, talleres y una torre. dónde y cómo vivían los íberos en Olérdola”.
Se sabe que este asentamiento vivió diversas etapas de esplendor y declive. Fue habitado por los íberos, posteriormente se instaló en la zona un campamento romano, y unos mil años después, ya en época medieval, en el período de la Reconquista, fue nuevamente poblado.
La particularidad de este yacimiento es su buena situación estratégica. Se trata de un espolón rodeado de 3 acantilados. Colocando la muralla (que observamos en la actualidad, parte de la pre-ibera y romana) en la zona más estrecha se consigue un recinto de fácil defensa.
Otro elemento destacable es que es uno de los yacimientos más grandes de carácter rupestre que encontramos en Europa. Muchas de las necesidades cotidianas se cubrieron excavando en la roca.
Cuando llegamos, un poco antes de la hora, estaban haciendo un taller familiar sobre tejido íbero pero, como mis hijos son adolescentes, preferimos acercarnos a el Pla dels Albats. De este modo hicimos tiempo antes de que que empezara la visita propiamente dicha.
Qué ver en el Conjunto monumental del castillo de Olèrdola
El Pla dels albats
Resiguiendo la muralla, desde el aparcamiento, nos encontramos con un camino forestal cerrado con una cadena. Desde la recepción nos dijeron que teníamos que atravesar la cadena y seguir el camino. Muy bien indicado, a unos cientos de metros, nos encontramos con una iglesia pequeña, Santa Maria, en ruinas, y una necrópolis formada por tumbas pequeñitas. Esculpidos en la roca de la misma montaña observamos las figuras antropomorfas que, por el tamaño, pertenecían a niños muy pequeños y bebés en su mayoría. Ello es debido en que en la época la tasa de mortalidad infantil era muy elevada.
Entramos a la iglesia, donde se distinguen distintas zonas… Debido a su elevado nivel de destrucción, desde el interior de la iglesia hay unas vistas increíbles sobre el Penedés. La capilla en época medieval se encontraba fuera del recinto amurallado. Vale la pena acercarse y descubrirla.
La parte baja: recepción y casas íberas
Al entrar al recinto nos encontramos a la derecha el edificio dónde se ubica la recepción y a nuestra izquierda unos restos de casas íberas.
Las casas íberas
Hacía como unos 15 años que no había estado en Olèrdola y no recordaba esta parte del yacimiento. De hecho, en esta zona, que se ha excavado hasta llegar a la roca, han salido a la luz estratos superpuestos que datan ya del neolítico, calcolítico, edad del bronce,… Vemos también parte de una muralla que data de la edad del hierro (VII-VIII a. C), sobre la misma se adosaron las casas ibéricas. Entre las casas que podemos ver en el recinto destaca una dedicada a tintar telas. Al paso de los años, sobre los restos íberos, se construyeron casas medievales.
Una vez que se excavó hasta el fondo se decidió volver a levantar los muros de la ciudad íbera. Gracias a ello nos podemos hacer una idea mucho más visual de lo que fue.
La parte media del yacimiento de Olèrdola
En esta zona, además de continuar viendo restos de casas, encontramos algunos elementos que llaman la atención.
La cisterna romana
Si algo me impresionó del yacimiento, además de las tumbas antropomorfas, fue la cisterna romana.
Ya sabemos que los romanos se las ingeniaban muy bien en el momento de abastecerse de agua. De hecho, no es la primera cisterna romana que vemos, por ejemplo en el yacimiento de Empuries hay una, lo que no recuerdo es haber visto ninguna de esa capacidad. Son 350 m³ de capacidad. Unos canales excavados en la roca decantaban el agua de lluvia en la balsa. Quizá su enorme capacidad se debiera a que probablemente se construyó para no quedarse sin agua en el caso de asedio.
La pedrera
En época romana se había extraído piedra. Si estamos en la zona de la cisterna orientados hacia la iglesia, veremos al fondo a la izquierda una especie de almenas parecidas a las de un castillo. Es el punto donde se quedaron con la extracción de piedra cuando se abandonó.
Fue de esta cantera de donde los romanos sacaron los grandes bloques para construir la muralla y la atalaya.
Silos para guardar alimentos
Por la misma zona cercana a la cisterna romana podemos observar numerosos agujeros excavados, bien en el suelo o formando una especie de cuevas en las rocas. Se trata de silos en los que se almacenaban alimentos, bien cereales, bien vino o aceite. Actualmente están tapados con tierra, pero si la quitáramos podríamos observar que son bastante profundos.
La parte alta del Conjunto monumental del castillo de Olèrdola
La Iglesia de Sant Miquel d’Olèrdola
En un punto elevado nos encontramos la iglesia. O matizando, debería decir las iglesias. Ya que en realidad se erigieron-superpusieron tres, entre los s. IX-XII. El ábside es del s. X, con una puerta con un arco de estilo mudejar. Se puede entrar al interior de la iglesia, que es de una sola nave. Esta restaurada y la piedra limpia, sin ornamentos, únicamente una imagen esculpida del arcángel al que está consagrada. Lo que me pareció curioso, es que parte del suelo no es liso sino de la misma roca que encontramos a lo largo de todo el recorrido.
Aunque lo más destacable de la iglesia, a mi parecer, es la necrópolis. De nuevo nos encontramos el mismo tipo de tumbas excavadas en la roca junto a otras posteriores.
El castillo d’ Olèrdola
Del castillo poco podemos observar. Únicamente la parte más elevada, todo lo demás ha quedado cubierto y todavía no se han realizado excavaciones en él.
La atalaya romana
Ya os he comentado el carácter militar de Olèrdola durante la época romana. Además de la muralla, uno de los vestigios que nos han quedado es la torre de vigilancia en la parte más elevada, un poco por encima de la iglesia.
El objetivo, tener un punto de observación sobre la llanura del Penedés. Es de forma cuadrada y construida con grandes bloques de piedra.
Prensa de vino
Desde la parte trasera de la iglesia tomamos un pequeño sendero para regresar al punto de inicio. Allí, si vamos observando, encontramos numerosos elementos excavados en las rocas que pertenecían a diversas construcciones. A destacar, cuando ya estamos casi llegando de nuevo a la parte baja, los restos de lo que probablemente fue una prensa de vino, en la que se distinguen la zona de prensa y la zona de decantación. De hecho, no es la única que encontramos en el yacimiento, también las hay de aceite.
Informaciones prácticas para visitar el conjunto monumental del castillo de Olèrdola
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- El yacimiento es todo cuesta arriba y el terreno pedregoso. Hay que llevar calzado cómodo.
- En días soleados no olvidéis agua y protección solar.
- Por supuesto, si vais con bebés es imposible subir con el carrito, tenéis que ir porteando. De hecho, parte del recinto es accesible para personas con movilidad reducida, pero al ser el terreno tan escarpado es bastante complicado acceder a todas las zonas, personalmente yo no lo recomiendo.
- No vimos que hubiese nada para tomar algo, ni siquiera una máquina de cafés. Así que, si necesitáis tomar algún tentempié, mejor traerlo de casa.
- Hay una amplia zona de aparcamiento gratuito antes de entrar al yacimiento.
- En el mismo aparcamiento, si vais resiguiendo la muralla, sin entrar al recinto arqueológico, encontraréis una zona de juegos infantiles y más abajo unas cuantas mesas de pícnic.
- Para llegar, podéis tomar la AP-7, salida 29, y seguir las indicaciones. Después de 4 o 5 rotondas se ha de girar a la derecha hacia la carretera del yacimiento, que no tiene pérdida.
- Los primeros domingos de cada mes la entrada es gratuita. Las tarifas son de 4’50 €, los niños hasta 16 años no pagan y hay bastantes opciones de visita con tarifa reducida o gratuita: familias numerosas, estudiantes, desempleados,…
Como veis, la visita resultó bastante completa y es una buena forma de pasar el día en un entorno natural precioso, descubriendo como podía ser la vida en Olèrdola en tiempos pasados
Jolín q pasada de lugar. Me encantaria verlo
Besos