A unos cientos de metros del núcleo urbano de Guardiola de Berguedà y a unos 3 km de Bagâ, se eleva imponente el Monasterio de Sant Llorenç, entre sus piedras se guardan vestigios de hace más de mil años. Entre sus paredes se hilan historias de anacoretas y monjes. Además, conserva la esencia del paso de visigodos, carolingios y sarracenos.
Monasterio de Sant Llorenç en la actualidad
El Monasterio de Sant Llorenç presenta una arquitectura sorprendente. Os preguntaréis, ¿por qué?
Es tan simple como decir que en el edificio se amalgaman los restos del antiguo monasterio del s. X con la arquitectura más contemporánea. En definitiva, la reconstrucción no es un trabajo de restauración tradicional.
La restauración se llevó a cabo gracias a la Diputación de Barcelona. El proceso de reconstrucción pasó por dos fases, la primera en 1982 – 1988, la segunda en 1996 – 2008.
Este tipo de restauración tiene sus fans y su detractores. Personalmente, en estos temas me considero bastante purista. Sin embargo, debo reconocer que a nivel visual nos da una idea bastante clara de cómo era el monasterio siglos atrás. Mientras que, al mismo tiempo, nos permite distinguir qué es lo que se ha conservado. ¿Qué os parece está idea de restauración de edificios?
Un poco de historia sobre el Monasterio de Sant Llorenç
Los primeros indicios que se encuentran en la zona del monasterio de Sant Llorenç son diversos cenobios que se han hallado en el risco que separa el monasterio del pueblo. Es en estos cenobios donde probablemente habitaron, desde los s.IV y V, los primitivos monjes, en esa época más bien anacoretas. Fueron estos ermitaños, que buscaban la paz en el campo, quienes llevaron el cristianismo desde las ciudades al mundo rural.
Pero no fue hasta la época visigótica cuando se establecería en ese enclave un monasterio. La idea que tenemos de un monasterio visigodo, por los indicios hallados en otros lugares, es la de una pequeña iglesia con cabañas alrededor.
Dato curioso: en el monasterio de Sant Llorenç se han encontrado enterramientos de época visigótica. Se enterraban por separado hombres y mujeres. No era lo habitual en la época y ello hace pensar en la existencia de primitivas comunidades. De la primitiva iglesia visigótica han perdurado algunos restos.
El monasterio sufrirá cambios en el s. VIII. Es en esta época cuando entraron los musulmanes, aunque tras unos pocos años, fueron empujados hacia el sur por parte de los carolingios.
Parece ser, que fruto de encuentro de culturas y la llegada de los carolingios, el monasterio adquiriera un nuevo concepto. Os preguntaréis por qué. Probablemente los carolingios trajeron consigo su propia regla, la benedictina. De este modo, el monasterio evolucionará hacia un modelo más acorde a la orden benedictina.
Con ello ya aparece la idea del claustro y las diferentes dependencias de los monjes. Actualmente se conservan restos de algunas estancias, aunque no se sabe con certeza la función que cumplieron.
También podemos contemplar, muy cerca del claustro, unas escaleras que conducirían a un piso superior que no ha llegado hasta nosotros. Asimismo, el claustro, que ha llegado hasta nosotros, data del s. XIII, el del X se ha perdido.
Sin embargo, lo que sí ha llegado a nuestra época, en perfecto estado de conservación, es el documento del acta de consagración de la Iglesia en 983. Se trataría de una iglesia prerrománica.
Dato curioso. En el interior de la iglesia podéis contemplar una réplica del citado documento, escrito en una pulida caligrafia. En él se consagra la iglesia y se da constancia de la entrega de una dote por parte del Conde de Cerdaña y otros notables.
La etapa de esplendor se inicia a partir del XII; fruto de ello, en el XIII el claustro se engrandece.
Sin embargo, en el s. XIII, con el nacimiento de las Vilas Francas, Bagà, La Pobla de LIllet,…, el monasterio de Sant Llorenç inicia un lento declive. Gracias al florecimiento de la vida urbana, el modelo feudal, en el que se basaba la economía del monasterio, va quedando rezagado.
A ello se van sumando una serie de catástrofes, malas cosechas, a lo largo del XIV, que acaban en hambrunas y descontento social. En 1428 el terremoto de la Candelera hunde parte de la nave central de la iglesia y otros elementos, el monasterio va entrando en decadencia. El bandolerismo del XVI no ayuda a mejorar la situación y, finalmente, en el XVII renuncian al mundo monástico.
Dato curioso: cuando se abandonó la vida monástica, se enterraron el monasterio y parte de la iglesia.
La iglesia se hizo mucho más pequeña y se convirtió en parroquia. Finalmente, la parroquia deja de funcionar a principios del XX. LA iglesia acabó convertida en una casa de colonias en los años 40 del siglo pasado. No es hasta 1982 que se encuentran los restos que se habían enterrado.
La Iglesia de Sant Llorenç de Guardiola de Berguedà
La iglesia por dentro me pareció impresionante. Por otra parte, en el interior es posible apreciar las distintas reformas. La iglesia de Sant Llorenç se estructura en tres naves. Me pareció muy curioso el hecho de que la conforman dos iglesias superpuestas. Así, en la nave central hay dos pisos claramente diferenciados. La parte baja era la iglesia para el pueblo y la superior, la de los monjes.
La iglesia primitiva contaba con ábsides que se anularon durante la reforma del XIII. Es en esta época cuando se substituyó la cubierta de la nave central.
La iglesia está habilitada actualmente para que se puedan realizar diversos actos en su interior, como conciertos, se ha mejorado la sonoridad. También nos sorprende al entrar la presencia de una pequeña exposición temporal.
Sin duda, el monasterio de Sant Llorenç, en Guardiola de Berguedà, es un lugar de contrastes en el que conviven mil años de historia con la más rabiosa actualidad. Es un lugar donde la cultura se cuida, mima y extiende al público en general. En definitiva, rebosa de vida.
Un monasterio de cultura viva
El monasterio, por otra parte, es una entidad viva culturalmente gracias a Civitas Cultura. Una asociación cuyo nexo de unión es la pasión por la historia y el legado románico en el Berguedà. Civitas Cultura, además de contribuir a preservar el patrimonio, se ha implicado en difundir la cultura al público en general.
Para conseguirlo, en el monasterio de Sant Llorenç en concreto, se puede disfrutar de pequeñas exposiciones temporales, festivales de música, visitas,…
En verano, los domingos, el monasterio se llena de vida con los vermuts musicales, que van variando de semana a semana .
En la agenda de la la propia Web Civitas Cultura podéis informaros de quién ameniza el vermut cada semana. Donde tendréis la posibilidad de concertar una visita guiada tan amena como la que hicimos nosotros, y que nos permitió conocer todos los pormenores del monasterio de Sant Llorenç. Os la recomiendo, porque realmente su historia y evolución es francamente interesante.
Tras la visita al monasterio tocaba reponer fuerzas, para ello nos dirigimos al restaurante el Recó del Avi.
Dónde comer en Guardiola de Berguedà: El Recó del Avi
De entrada me sorprendió el local típico de montaña con sus paredes de piedra, mesas de madera,… Un ambiento muy acogedor. Se trata de un local rústico, pero con toques actuales, que destila personalidad propia.
Me pareció entrañable encontrar fotos del “Avi” por doquier. ¿Conocéis al avi del Barça? ¿Un culé que se hizo querer por todos los blaugranas porque cada año acudía a los partidos con su camiseta del Barça y su inconfundible barba blanca? A él, junto a su mujer y otro matrimonio, debemos la apertura del restaurante en 1975. Este restaurante, El Recó del Avi, ha pasado de padres a hijos y conserva el buen hacer de un negocio familiar de generaciones.
Su cocina, casera con guisos tradicionales, setas, platos de caza y carnes a la brasa, se basa en una apuesta por lo sostenible. Cuenta con productos ecológicos, de temporada, DO de proximidad, así como el gusto por lo más auténtico: en su carta, especies autóctonas, como el recuperado guisante del Berguedà. Si sois amantes de los guisos de legumbres, el guisante negro del Berguedà elaborado con trocitos de panceta es realmente de delicatessen.
Aunque la comida es abundante, os recomiendo dejar algo de espacio para los postres. La carta de postres sigue la misma tónica. Elaboraciones tradicionales, productos de la zona preparados por ellos mismos. Postres tradicionales, caseros, que son una auténtica delicia.
Los platos, al ser de temporada, varían en función de la época del año. Os aconsejo dejaros guiar por lo que os recomienden. Ellos saben lo que tienen entre manos y seguro que acertáis.
Merece la pena acercarse al Monestir de Sant Llorenç, sea a realizar una visita guiada o a cualquiera de las actividades que se realizan en su interior. Empezar el domingo con un vermut musical en el monasterio es un plan genial. Si a ello le añadimos que se puede llegar al monasterio a través de un bonito paseo en plena naturaleza por la Vía Nicolau y terminar comiendo genial en el Recó de l’avi, no se puede pedir más. ¿O quizá si? Os avanzo que, si sois amantes del románico, se está preparando convertir las dependencias del monasterio en un centro de interpretación del Románico en Cataluña.
Recomendaciones prácticas para visitar el Monasterio de Sant Llorenç en Guardiola de Berguedà
- Si queréis conocer las actividades que se realizan en el monasterio, concertad una visita guiada o cualquier actividad. Lo podéis hacer a través de la Web de Civitas Cultura.
- La mejor manera de llegar es a pie, siguiendo la vía Nicolau. El paseo es muy agradable y todo el tramo se encuentra muy limpio y cuidado. Es importante que nos comportemos de forma responsable respetando la fauna, la flora y no dejar huella de nuestro paso.
- Visitas de interés cercanas: Bagà, el Tren del Ciment, Jardins Artigas, Pobla de LiIllet, Fonts del Llobregat, Berga,…
Cómo llegar al Monasterio de Sant Llorenç desde Bagà
En bus
- Podéis llegar hasta Bagà con la compañía de bus Alsa
En Taxi
- Para trayectos por la zona del Parc del Cadí – Moixerò os recomiendo Taxitrail.
En coche
- Por la C-16