Si tenéis pensado hacer una escapada a Burdeos, en Nueva Aquitania, Francia, el Ecosistema Darwin, en el barrio de la Bastide, es un imprescindible. Es un plan genial para todas las edades y especialmente si os gustan los recorridos alternativos, menos turísticos, y más auténticos.
El hecho de que exista este recorrido alternativo, en parte es debido al interés de Burdeos para proporcionar una experiencia sostenible, tanto para los que viajamos como para sus habitantes. Por ello, no es de extrañar que en Burdeos se haya conseguido reconvertir un barrio obrero en un lugar con mucho que ofrecer, tanto a los que vamos de visita como a la gente local. Me fascinó descubrir cómo se han reaprovechado una serie de edificios para convertirlos en lugares de ocio.
Nosotros, en particular, pasamos bastante tiempo en la orilla derecha del Garona. Nos encantó la experiencia por varios motivos:
- Cruzar el río en un bat3
- Callejear por el barrio de la Bastide y descubrir su historia
- Sumergirnos en el espacio verde jardín botánico
- Descubrir las impresionantes vistas al centro histórico de Burdeos
- Y acabar el día disfrutando del Ecosistema Darwin.
Para nosotros, este espacio alternativo fue una agradable sorpresa, porque es un lugar original en el que nos sentimos increíblemente cómodos.

Probablemente os estáis preguntando de qué va esto del Ecosistema Darwin. Os lo cuento: es un lugar en el que se conjuga el ocio con street art, skaters, tiendas de segunda mano y la economía sostenible. Un micromundo abierto a pensar de forma sustentable. Un lugar donde se prioriza la aplicación de ideas que propician la sostenibilidad.
El espacio Darwin no tiene un público definido. Aquí podemos encontrar todo tipo de perfiles. Así, podemos ver gente paseando y disfrutando de la restauración, emprendedores que abogan por soluciones económicas en las que prima el verde, familias disfrutando de sus momentos de ocio,… Esta amalgama lo convierte en un espacio lleno de vida, que confluye en una plaza rodeada de viejas fábricas que le dan una esencia romántica, contrastado con un ambiente moderno y alternativo.
De hecho, el espacio Darwin es un lugar de contrastes donde conviven en perfecta armonía una camión vintage con una muestra de street art, por poner un ejemplo.

Lo mejor es que aquellos que trabajan en este espacio abogan por minimizar el uso del CO2, apuestan por las energías alternativas, la baja producción de residuos, la economía circular,… Además, se localiza en un espacio en el que se ha reutilizado y reconvertido el patrimonio histórico.
Cómo nació el Ecosistema Darwin
El Darwin se encuentra en lo que en sus orígenes fue un cuartel. Se trata de un antiguo edificio militar que ocupa 10.000 m2. Se rehabilita en 2010 en una apuesta por la creación de espacios en los que es prioritario el ahorro energético. Así, no existe el aire acondicionado, los diseños van en función de aprovechar al máximo la iluminación natural,…
Toda una filosofía alternativa que se aplica incluso con la utilización de programas que permiten controlar para minimizar el gasto energético. A nosotros nos ha parecido un enfoque perfecto en el que se demuestra que se pueden hacer muchas cosas cuando las hacemos con sentido. Creo que el espacio Darwin será pionero de muchos otros del estilo que están por venir en el resto del mundo.
Qué hacer en el Ecosistema Darwin
A nosotros nos encantó dar una vueltecita por la zona y debo confesar que estuvimos tan cómodos que nos han quedado ganas de volver. Después de recorrer el barrio de la Bastide optamos por cenar en el Magasin Général, que es un enorme bar restaurante e incluye una panadería, en el mismo corazón del Ecosistema Darwin.
En este espacio encontraréis opciones para todos los gustos, desde disfrutar en la pista de skate a cultivar un huerto o reparar vosotros mismos alguna cosa que necesite un arreglo.
¿Os gusta el street art? Si es así, os garantizo que os va a encantar pasar por este lado del Garona. Asimismo, dimos un paseo por las tiendas, entramos al Hangar, y entramos a un viejo autobús grafiteado de arriba abajo.
Un paraíso para los amantes del street art
La mejor forma para empezar a conocer el espacio Darwin es dar un pequeño paseo por la zona. Como no es un espacio tan grande, no hace falta planificar ruta ni nada. Simplemente paseando sin rumbo fijo os iréis encontrando numerosas representaciones de arte urbano mientras os rodea un entorno que nos habla del pasado industrial del barrio de la Bastide y en el que se respira la esencia jovial que destila el ambiente en la ciudad.

Comer en el Magasin Général
No hay mejor colofón para terminar con nuestra visita a este espacio alternativo. El establecimiento aboga por la sostenibilidad, bajo la premisa residuo 0, comida casera, pan de masa madre y de proximidad. Incluso tienen, por poner un ejemplo, cervezas artesanas y vinos elaboradas en el propio espacio Darwin. El café se muele allí mismo también.
La comida es de buena calidad y os recomiendo el restaurante, en el que haréis salud con productos biológicos y contribuiréis a cuidar el medio ambiente con sus platos de km 0.

Un poco de historia del Quartier Niel
Los edificios que, a día de hoy, albergan el ecosistema Darwin fueron comprados en 1875 por el ejército, con el objetivo de reunir en un único enclave diversos servicios que estaban en varios puntos de la ciudad.
Cuando fue comprado con fines militares, ya se aprovecharon los inmuebles presentes en el terreno como almacenes generales de artillería y avituallamiento.
Más adelante se construyeron una especie de barracones para el ejército. Así se convirtió en campamento para las tropas. Fue entonces cuando esta zona empezó a conocerse bajo el nombre de Quartier Niel.
Los militares permanecieron en estos terrenos hasta el año 2005. Al cabo de los años estos edificios se remodelaron y adaptaron al s. XXI, creándose el Ecosistema Darwin, donde lo más actual se combina magistralmente con los antiguos edificios.
Del paso del ejército también quedan distribuidos por el espacio algunos vehículos, que dan matices muy originales al entorno.

¿Te gusta el skate?
Si te apasiona volar sobre las ruedas de tu skate, el Hangar del espacio Darwin te va a encantar. Cuando estuvimos pensé que teníamos que volver solo para traer a mi hijo, que es muy buen skater. Es una zona ideal para practicar nuevas acrobacias a bordo de un monopatín.
Aunque no estéis en la pista, seguro que os pasa alguien sobre ruedas por el lado. En el Hangar vimos gente de todas las edades haciendo piruetas en skate, con patines o patinete… Cualquier cosa sin motor y sobre ruedas vale aquí. Hay varias opciones, como patinaje sobre ruedas, incluso bike polo… Si lo vuestro es más tranquilo, también podéis decantaros por talleres de mindfulness y cuidados de la mente y el cuerpo. Las actividades están en la propia web del Ecosistema Darwin.

Un barco híbrido: la forma más sostenible de llegar al Ecosistema Darwin
Como os he comentado anteriormente, al Ecosistema Darwin podemos llegar fácilmente en los bat3. Los bats forman parte de la Red de Transporte urbano de Burdeos. Si tenéis tarjeta City Pass, os entran viajes ilimitados en ellos. No solo es una forma agradable de desplazarse por la ciudad, los bats están diseñados y fabricados por empresas de la Gironda y son híbridos, contaminan menos y son una buena forma de cruzar la orilla del Garona.
- Los bat3 salen de diversos puntos de la orilla izquierda. Podéis cogerlo en Quinconces si estáis por el Centro o también desde la Ciudad del Vino, por ejemplo. Para ir al Ecosistema Darwin tenéis que bajar en Stalingrado. Hay un ratito andando (podéis tomar un bus si queréis), pero merece la pena dar el paseo a orillas del Garona hasta llegar. Las vistas del otro lado de la ciudad son espectaculares y os moveréis por una avenida repleta de verde.
- Otra opción es cruzar el puente en tranvía y parar en Stalingrado. A partir de ahí, es lo mismo que os he sugerido anteriormente.
Aunque cada vez somos más conscientes de buscar alternativas a nuestro modo de vida, y del hecho de que la sostenibilidad ya no es solo una opción, sino una necesidad, tenemos en espacios como este la respuesta a que querer es poder, y que si cada uno pone los medios, un entorno sostenible es posible. Y no solo es posible, sino que además es muy agradable pasar allí parte de nuestra estancia si vamos de escapada a Burdeos.