Hace unos días visitamos la Torre Bellesguard. Fue construida por Antoni Gaudí entre 1900 y 1909. La Torre Bellesguard se ubica en el distrito Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona. Esta antigua residencia se inspira en lo que fue un castillo de Martí I l’Humà, que se erigía en ese mismo espacio. Una obra repleta de simbolismo, elementos neogóticos e historia que nos retrotrae a un pasado lejano.
La Torre Bellesguard, también llamada Torre Figueres, se encuentra estrechamente ligada a la residencia de Martí l’Humà. De hecho, sin conocer el pasado más lejano no podríamos captar en su totalidad la esencia de lo que Gaudí plasmó en su obra.
Se trata de una construcción muy original. La amalgama y superposición de elementos de diferentes épocas crea un conjunto especialmente rico y creativo. De líneas rectas y reminiscencias góticas, la forma del edificio emula al castillo medieval de Martí I.

Los orígenes de la Torre del Bellesguard
Es un hecho que en la Torre del Bellesguard confluyen diversas etapas históricas, ya que, en el lugar donde está ubicada, hay indicios de la probable existencia de una torre de vigilancia romana.
Más adelante, en el mismo espacio, se construyó un castillo en el que residió Martí l’Humà. El rey adquirió la que hasta entonces se denominaba residencia de Vallblanc en 1408. Tras unas ligeras modificaciones instaló su corte entre los años 1408 y 1410. A partir de ese momento, el castillo pasó a llamarse Torre del Bellesguard.
Fue allí donde contrajo matrimonio con Margarita de Prades en 1409. En ese mismo año el hijo de Martí l’Humà, Martí el Jove, había fallecido y era necesario asegurar descendencia legítima. Bellesguard fue asimismo el último refugio de Martí l’Humà, aunque murió en Valldoncella. Al morir Martí I de Aragón, en 1410, sin descendencia viva, se convierte en el último miembro de la estirpe de Guifré el Pilós.
Años más tarde el castillo cayó en el abandono. Pudo recuperar su esplendor cuando en 1900 la familia Figueres encargó a Gaudí la construcción de la nueva Torre Bellesguard. A partir de 1909 será Domènec Sugrañes quien se ocupará de los últimos acabados.
Durante la Guerra Civil el edificio funciona como orfanato. A partir de 1944 lo hace como clínica ginecológica y oncológica de la familia Guilera, que mantendrá la propiedad hasta 2018. Actualmente pertenece al grupo Catalana Occidente.
La visita a la Torre Bellesguard
Durante la visita podemos ver las 2 torres que se conservan del antiguo castillo que Gaudí reaprovechó, incorporándolas en una construcción contigua al edificio principal. La entrada con las torres, a modo de fortaleza, nos retrotrae directamente a las murallas medievales y nos hace soñar con los tiempos de gestas épicas.
Los jardines constituyen un auténtico oasis de paz en plena ciudad y en algunos de los elementos que contienen se plasman las ingeniosas ideas de Gaudí.
La fachada del edificio es como un libro abierto en el que, a través del lenguaje simbólico, nos muestra la historia de nuestro país aunada con la simbología religiosa tan característica de la época en la que se diseñó y a la propia religiosidad de Gaudí.
Vale la pena perderse en el interior del edificio que alberga alguna sala realmente original, como la de música, de ladrillo visto, que particularmente me pareció impresionante. Así como, nada despreciable es la azotea, que directamente nos hace retroceder, de nuevo, en el tiempo al pasado medieval.
Uno de los elementos remarcables es el pináculo. En el mismo, se aprecia una cruz de 4 brazos, la corona y la bandera catalana. No hace falta decir que las vistas sobre Barcelona os harán entender al momento porque Martí l’Humà la denominó Bellesguard.
Sin duda, la visita os despertará la curiosidad. Descubriréis elementos que directamente harán que aumente vuestra pasión por el modernismo y disfrutéis con las grandes dosis de ingenio o genialidad al combinar los elementos prácticos con la estética y la simbología que se aprecian durante el recorrido guiado.
Recomendaciones prácticas para la visita a la Torre Figueres
- Las visitas se realizan en grupos reducidos de 6 personas, por lo que os recomiendo reservar con antelación.
- Dependiendo del horario varia el idioma. Las opciones son catalán, castellano e inglés. En la Web de la Torre Bellesguard podéis consultar los horarios y el idioma correspondiente a cada uno de ellos.
- Las medidas antiCOVID son de 10: grupos reducidos, ventilación de espacios, medición de temperatura,…
- No olvidéis visitar el viaducto que se encuentra en el exterior del recinto. De hecho, cuando se construyó la Torre Bellesguard se tuvo que modificar el camino que pasaba por encima de la riera. Para ello, Gaudí diseño un viaducto, precursor del que sería después el del Park Güell. Si no lo conocéis, os sorprenderá.
- Si con mi post os he picado la curiosidad sobre la torre, podéis ampliar información con el libro: Bellesguard. De la residència de Martí l’Humà a la torre de Gaudí .Duxelm, Editorial del historiador Josep Maria Vall.
Algunas curiosidades de la Torre Bellesguard
- ¿Sabíais que el propio Martí I bautizó a la torre como Bellesguard? Ello es debido a las magníficas vistas de las que se puede disfrutar en su posición. Lo mejor es que actualmente las vistas desde la azotea son impresionantes. Se ve toda Barcelona.
- La ceremonia de boda entre Martí l’Humà i Margarita de Prades se realizó bajo la bendición del Papa Luna (Benedicto XIII). La torre no fue únicamente residencia real, sino también residencia temporal de un Papa.
- Cuenta la leyenda que allá por el s. XVII se convirtió en refugio del famoso bandolero Serrallonga.
A nosotros nos encantó como se desarrolló la visita guiada. Se hizo muy amena y con explicaciones asequibles, que nos permitieron adentrarnos en la más pura esencia de la torre. Al ser grupos de pocas personas, los asistentes se sintieron libres de preguntar o consultar dudas. La torre en sí, sus jardines y la entrada bien merecen una visita.
Os recomiendo que no os perdáis ningún detalle, cerámicas, forjas, vidrieras,… porque, a través del edificio, descubriréis una parte importante de la historia catalana. Siempre he creído que las piedras nos hablan, pero en la Torre del Bellesguard lo hacen en el sentido más literal de la palabra. Nosotros en particular, salimos encantados de la Torre del Bellesguard. Una visita imprescindible para los amantes del modernismo en Barcelona. Si sois amantes de Barcelona y queréis aprovechar al máximo sus posibilidades podéis pasaros por la Web de Visit Barcelona donde podéis encontrar muchísimos planes interesantes en la ciudad.